En enero del pasado año comenzaron las reuniones de la alianza UPA-COAG con el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez. Estas reuniones se llevaron a cabo ante la alarma generada entre los ganaderos por la creciente presencia de lobos y por las enormes pérdidas económicas que a diario se sufrían. El pasado diciembre se produjo la última reunión del 2016. Reunión en la cual se expusieron y se gestionaron temas similares a los tratados a principio de año poniendo así de manifiesto el escaso avance que ha sufrido la problemática del lobo tanto a nivel provincial como comunitario.

Tras las palabras, en abril llegaron los hechos. Acciones tomadas a dos bandos. Por un lado, diferentes asociaciones de ecologistas se echaron a la calle para pedir la protección del lobo ibérico en todo el territorio nacional. Por otro, los ganaderos  y agricultores zamoranos se manifestaron en protesta de los continuos daños sufridos en sus explotaciones y los prejuicios en las carreteras debido al cánido animal. Cuarto mes del año y el problema del lobo ya era más que patente y sabido en la provincia. Además, fue momento de balance, 164 cabezas de exterminadas y  Aliste se mantenía como la comarca más afectada por estos ataques.

Con 360 lobos censados, en el mes de Mayo la Junta aprobó el decreto de conservación y gestión del lobo en Castilla y León. El río Duero se convirtió en la frontera jurídica de la especie siendo en el norte permitido la caza del lobo. Además, se garantizó un seguro para indemnizar los daños causados a la ganadería en la zona de protección que comenzó a ser efectivo en junio. Seguro que, más tarde, fue motivo de controversia debido a que los ataques, por parte del Gobierno regional, fueron, según la Alianza UPA-COAG, silenciados. Un silencio acometido por afirmar que la autoría de los ataques no correspondía al lobo.

El verano estuvo marcado por los diferentes abatimientos de ejemplares. Dos lobos al sur de Duero sumando, uno más, en agosto. Ejecución aprobada tras los ataques en San Miguel de la Ribera. Después de este abatimiento, que aun así el lobo atacó por décimo tercera vez la explotación de San Miguel de la Ribera, la institución regional recordó en septiembre que la apuesta por una medida piloto de vallado seguía adelante.

Tras las diferentes batidas, el último trimestre del año volvió a estar marcado por reuniones y, negativamente, por nuevos ataques. La Alianza UPA-COAG se reunió tanto con la Junta de Castilla y león como con Ecologistas en Acción. Marcar las necesidades del sector y la convivencia entre ganaderos y lobos fueron los temas tratados respectivamente. 

Que el lobo pase a ser una especie gestionable, y no estrictamente protegida, es la gran petición por parte de los ganaderos que junto con el consejero de Medio Ambiente ,de común acuerdo, han decidido exponer a la titular del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente que solicite a la Unión Europa el cambio de régimen del lobo al sur del Duero.

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