Manifestaciones, subidas de costes y un futuro complicado, el campo zamorano despide un 2022 cargado de dificultades

La sequía, los incendios o la nueva PAC son algunas de las preocupaciones para el sector primario de la provincia

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Imagen de archivo de un tractorada en defensa del medio rural en Zamora. Foto: María Lorenzo.
Imagen de archivo de un tractorada en defensa del medio rural en Zamora. Foto: María Lorenzo.

No es la estampa habitual pero los zamoranos arrancaron el año 2022 con una imagen heredada de 2021 con las distintas tractoradas que recorrieron la capital en las manifestaciones del sector primario. Problemas para los profesionales del campo que a lo largo de los meses no han cesado y han ido incrementándose.

Con pagos por debajo de los costes de producción, ganaderos y agricultores han vivido un año marcado por la crisis económica, la subida de costes y los problemas meteorológicos marcados por la sequía y los graves incendios del pasado verano. Tres ejes que han tenido en la invasión rusa de Ucrania su gran estocada.

Falta de agua e incendios en la Sierra de la Culebra

 

Las miradas al cielo esperando la ansiada lluvia no acabaron con los deseos cumplidos. Las precipitaciones no fueron suficientes para que las producciones pudieran ser tratadas de la manera correcta y acabó con un descenso considerable en casos como los cereales, con un 40% de la media de otros años.

Si las cifras de Zamora suelen ser de 500.000 toneladas de producción de cereal, el 2022 ha dejado una cifra cercana a las 340.000 toneladas, dejando una muestra clara de los problemas acaecidos con el agua y que han dejado a la provincia como la peor productora de cereal de Castilla y León.

Por su parte, el verano llegó a Zamora teñido de color negro y ceniza. Los incendios forestales fueron los peores de toda la historia y acabaron con alrededor de 60.000 hectáreas calcinadas, la mayor parte de ellas en la zona de la Sierra de la Culebra.

Vidas sacudidas por las llamas y que siguen dejando problemas entre quienes vivían y trabajaban en la zona, donde todavía se lamenta un “agravio comparativo” en las ayudas por los incendios y el no haber tenido en cuenta el llamado ‘lucro cesante’ a la hora de contabilizar las prestaciones.

Aumento de los costes

 

Más allá de las situaciones meteorológicas, el campo zamorano se ha encontrado envuelto en una crisis global incrementada por la invasión rusa de Ucrania, algo que no ha escapado al resto de la sociedad.

El conflicto bélico ha encarecido el precio de las energías, un tándem unido al aumento de las facturas que se ha visto todavía más agravado en instalaciones de gran tamaño y a los fertilizantes necesarios para el campo y la ganadería.

Aumento de los costes que han reducido posibles márgenes y han llevado a muchos profesionales del sector primario a tener problemas económicos para sacar adelante sus producciones.

Preocupación con la nueva PAC

 

Con la mirada puesta en el futuro, el campo zamorano centra ahora su preocupación en la nueva Política Agraria Común. Un cambio en un paquete de retribuciones que es de suma importancia para los profesionales de la provincia y que llega en 2023 con aires de cambio.

Por ello, desde las organizaciones agrarias tienden la mano a través del asesoramiento y que los agricultores de Zamora puedan cumplir con todos los requisitos y no perder una fuente de ingresos.

Pero más allá de la PAC, la mirada también se eleva al cielo esperando que el mes de enero continué con precipitaciones que permitan que los embalses acumulen agua y los cultivos de regadío no tengan problemas a la hora de producir durante los próximos doce meses.

Miradas de esperanza que para Zamora son fundamentales ante la importancia del sector primario en una economía afectada por múltiples factores, propios y ajenos, donde el futuro se espera con inquietud e ilusión a partes iguales.

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