Los ganaderos zamoranos, en jaque por 'la covid de las vacas': “Es un pastón lo que llevamos gastado en medicación”

La enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) tiene en vilo a los regentes de esta explotación ganadera de Villanueva de Campeán, que ya contabilizan cuatro vacas muertas

Una vaca que sufre la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE).
Una vaca que sufre la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE).

En noviembre del año pasado, y tras hallarse en Italia, aparecía en la península ibérica la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE), una afección vírica infecciosa y no contagiosa transmitida por unos insectos voladores, llamados culicoides, que afecta a rumiantes domésticos y salvajes.

María Mulas (Morales del Vino, Zamora, 1978) ayuda a su marido en una explotación de ganadería extensiva que tienen en Villanueva de Campeán, donde están sufriendo con una enfermedad que se está llevando las vidas de sus vacas.

“Está barriendo todo. No se está librando nadie, aunque la gente lo niegue”: estas son las palabras de María, que apoya a su marido en el cuidado de, aproximadamente, unas 60 cabezas de ganado.

Cuatro de ellas, en este último mes, han fallecido: “Un día me encontré a una vaca tirada en el arroyo y con dificultad para levantarse. Le ayudé a levantarse, además de pincharle antibiótico y antiinflamatorio, y a los dos días se murió. A raíz de ahí empecé a revistar todas y vi que el 90% tenían un moquillo; posteriormente, cojeras, lenguas inflamadas, heridas en las patas, abortos… y fallecieron otras tres”, afirma de una perturbación que “no se ve bien porque presenta síntomas compatibles con otras enfermedades”.

Llamada al veterinario y momento de tratarlas con antiinflamatorios para quitarles la fiebre y los dolores, antibióticos para las que están más afectadas y vitaminas y minerales para fortalecerlas. Proceso que hay que repetir cada dos días y en prácticamente las 60 vacas, lo que supone un esfuerzo económico evidente: “Es un pastón lo que llevamos gastado en medicación. Aproximadamente, calculo unos 3.000 euros”, asegura.

Unas pérdidas que ya se sitúan en torno a los 8.000-10.000 euros, entre reses muertas y medicación gastada, y que irán a más de momento, ya que la carne de estos animales, tratados y medicados, no se puede vender hasta pasados seis meses.

“Es un pastón lo que llevamos gastado en medicación. Aproximadamente, calculo unos 3.000 euros”

“Claro que la carne es apta para venderla, pero tenemos que esperar seis meses según el prospecto. Aparte de perder, tenemos que esperar para poder ganar. Las vacas adelgazan mucho porque no pueden comer y tampoco están disponibles para venderlas. No es factible”, afianzó.

La ausencia de la vacuna, que todavía no está comercializada en Europa, dificulta un problema que continúa sin solución inminente y en el que Mulas demanda ayuda urgente a las administraciones públicas: “Los ganaderos tenemos problemas y aquí nadie se preocupa por nosotros. No se molestan por saber ni de la enfermedad ni de las personas y menos de los animales. Muchos nos conocen y no están haciendo nada”, reprobó.

También criticó a la clase política: “A lo mejor ahora no pueden, pero que lo digan: que digan que lo están estudiando, que hay que hablar con el Gobierno central, con el Ministerio… Lo que sea, pero que se muevan para algo, porque ya estamos hartos”.

La provincia de Zamora, según datos de la Junta de Castilla y León, ha registrado 235 casos de animales muertos por esta enfermedad, habiendo investigado 27.145 cabezas y reflejando un índice de mortalidad del 0,87 por ciento.

Por el momento, la ayuda mutua entre los afectados está siendo vital para paliar un problema que sigue amenazando a las explotaciones ganaderas y cuya solución no se vislumbra cerca.

María Mulas dándole de comer a su ganado.
María Mulas dándole de comer a su ganado.

 

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