El secretario general de Agricultura y Alimentación, Carlos Cabanas, ha destacado el compromiso del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medo Ambiente con la consolidación del “potente” sistema agroalimentario español, “con garantías para productores, consumidores e intermediarios”. Un sector, remarca, “que tiene un marcado carácter estratégico para España por su importancia económica, social, territorial y medioambiental, con un gran presente, un magnífico futuro y un papel fundamental en la recuperación económica de nuestro país”.
Cabanas incide en los logros conseguidos por el sector agroalimentario, consolidado como el cuarto exportador dentro de la Unión Europea y octavo en el mundo, por un valor de más de 44.000 millones de euros anuales. Esto supone cerca del 18 % del total de las exportaciones españolas, con un superávit de unos 10.000 millones de euros.
El sector agroalimentario se convierte así en el segundo de la economía nacional tras el turismo, y en el primer sector industrial manufacturero del país. De esta forma desde la producción primaria, pasando por la transformación y finalizando en la distribución comercial, se generan más de 87.700 millones de euros, lo que supone el 9 % de nuestro PIB, y se da empleo a 2,5 millones de personas.
Por subsectores, destaca la posición predominante de las frutas y hortalizas, que colocan a España como segundo país productor de la Unión Europea y sexto a nivel mundial.
El responsable ministerial saca también pecho por los resultados en el subsector del vino, que ha situado a nuestro país como tercer productor de la Unión Europea y del mundo, tras Italia y Francia, con un primer puesto en superficie de viñedo, y una tendencia creciente en la evolución de las exportaciones.
Apoyo institucional
En la consolidación de las posiciones logradas por el sector agroalimentario y para potenciar su competitividad, Cabanas remarca la labor desarrollada por el Ministerio, que se ha plasmado en la puesta en marcha de normativas como la Ley de Medidas para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria, que potencia un marco de relaciones comerciales entre todos los eslabones de la cadena y con un sistema de seguimiento y vigilancia que ya está en marcha.
También destaca el papel de la Ley de defensa de la calidad alimentaria, que define las condiciones para una estrecha colaboración entre las autoridades de control y la creación en España de un auténtico marco armonizado de calidad alimentaria. A ellas se añade la Ley de Fomento de Integración de Cooperativas y otras entidades asociativas de carácter agroalimentario, con la creación de la figura de ‘Entidad Asociativa Prioritaria’ y el Plan Estatal de Integración Asociativa, que permitirá mejorar su estrategia empresarial y la estructuración de la oferta.