La lucha por el sector lácteo cuenta ya con una engrosada lista de acciones. El año 2016 estuvo marcado también por las protestas y los sucesivos intentos de mejoras de un sector  que con las condiciones actuales “le resulto imposible la supervivencia”, señalaron desde la Alianza UPA-COAG. Un año en el que la producción láctea se vio incrementada en un 11% al tiempo que su consumo descendió hasta un 8%, planteando así un paisaje desolador para el sector.

Los precios en el sector, tanto ovino, como vacuno y caprino, ha sido el principal problema y la principal queja por parte de los ganaderos quienes, tacharon de “parche” los intentos de ayuda enfocados a la reducción de explotación. A principios del pasado año, el precio de la leche de oveja se pagaba a 1,016 euros por litro cifrándose a finales de año en 0,73 euros el litro, situación que refleja la tendencia a la baja del sector lácteo.

Una bajada que no solo ha afectado durante 365 a la leche de oveja. La leche de cabra también vio encarecido su precio. En 2016 el litro se paga a 0,52 euros siendo una diferencia de veinte céntimos en comparación con años anteriores. La crisis también afecto a la leche de vaca que además de ver incrementada su producción se enfrentó a precios muy por debajo del umbral de rentabilidad que terminó por afectar al mercado de queso de mezcla por implementar el uso del vacuno frente al ovino debido a su diferencia de precios.

Por todo ello, el sector lácteo cierra su anuario con muchas líneas de actuación aún abiertas y un déficit que, según los ganaderos, pone muy en riesgo el sector que “año a año se va viendo más damnificado”, situación que se mantendrá si “los precios siguen imponiéndose por parte de las industrias que están dejando morir a este sector”.

 

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