La sequía condena al campo zamorano a una de sus peores campañas

La Comunidad, afectada en casi su totalidad por la sequía, está ante la segunda peor cosecha de este siglo, solo superada por la de 2017, cuya producción fue únicamente de 2,7 millones de toneladas

Cosecha de cereal. ASAJA. Archivo.
Cosecha de cereal. ASAJA. Archivo.

En la provincia de Zamora, la superficie destinada a cereal de invierno asciende a las 149.880 hectáreas  La producción estimada en la provincia asciende a 66.950 toneladas, aproximadamente un 10% de la producción de la Comunidad. De esta superficie, 65.793 hectáreas se destinan a trigo, a la cebada se dedican 59.599 hectáreas, a avena 15.721 hectáreas, a centeno 4.891 hectáreas y a triticale 3.876 hectáreas.

El mayor cultivo en regadío hace que Zamora  tenga este año peores rendimientos medios, alcanzando los 1.781 kilogramos por hectárea, por debajo de la la media regional. Los rendimientos medios de trigo blando alcanzan los 1.836 kilogramos por hectárea (también por debajo de loas 2.151 de la media autonómica) y los de la cebada se prevén en 1.917 kilogramos por hectárea (respecto a los 1.903 de Castilla y León).

Cultivos y producciones

La campaña muestra una significativa disminución de la superficie cultivada de cereal de invierno, que asciende a 1,64 millones de hectáreas, un 10 % inferior a la cultivada la campaña pasada y un 12 % por debajo de la superficie media de los últimos cinco años. En esta superficie ya está descontada la superficie media que se siega para forraje, unas 111.000 hectáreas, principalmente realizada en las provincias de Salamanca y Zamora.

Esta bajada de superficie obedece a dos razones: por un lado, al aumento de la superficie de cereal segada en verde para consumo como forraje respecto a lo que se destina en un año normal debido a la sequía, y, por otro, a la necesidad de incluir cultivos mejorantes en la rotación de cultivos de la explotación con el fin de cumplir los requisitos de la nueva PAC y los ecoregímenes, lo que ha supuesto una disminución de la superficie de cereales en favor de otros cultivos mejorantes como leguminosas o girasol.

Respecto a la superficie por los cultivos, otro año más, es el trigo el cereal más sembrado con 762.000 hectáreas y una producción estimada de 1,64 millones de toneladas, seguido de la cebada, con 704.000 hectáreas y una producción de 1,34 millones de toneladas. Al centeno se dedican 59.000 hectáreas, 83.000 hectáreas a la avena y 30.000 al triticale, cultivos que, en conjunto, alcanzan una producción de 262.000 toneladas.

Rendimientos

Las adversas condiciones meteorológicas, principalmente la sequía, han provocado una disminución drástica de los rendimientos, que alcanzan los 1.980 kilogramos por hectárea de media, lo que supone una disminución de un 30 % respecto a la campaña pasada y un 45 % respecto a la media de los cinco últimos años. Los rendimientos medios de trigo blando ascienden a 2.150 kilogramos por hectárea y los de cebada a 1.900 kilogramos por hectárea.

Ávila, con un rendimiento medio que apenas alcanza los 1.000 kilogramos por hectárea (951 kilogramos por hectárea) es la provincia que presenta la mayor disminución, un 53 % respecto a la campaña pasada y un 65 % sobre la campaña media de los cinco últimos años.

Los rendimientos medios de trigo blando alcanzan los 2.150 kilogramos por hectárea, un 27 % inferiores que la campaña pasada y un 43 % menos que la media de los cinco últimos años. La cebada ha presentado en esta campaña rendimientos medios de 1.900 kilogramos por hectárea, un 35 % inferiores a la campaña pasada y un 48 % por debajo de la media de los últimos cinco años.

Valor de la producción

Con los datos de cotización actuales, se estima un valor de la producción de cereales de invierno de unos 850 millones de euros, lo que supone un 53 % menos que la cosecha de la campaña pasada.

Tomando como referencia el mes de mayo, en Castilla y León el trigo blando y la cebada presentan un descenso interanual del 26 % respecto a los precios del mismo mes de 2022. Analizando la evolución de la cotización desde julio de 2016, se observa que, a partir de octubre de 2020, comenzó una subida en los precios motivada por la situación geopolítica, alcanzando el máximo en mayo de 2022, con 360,5 euros por tonelada para el trigo y 343,3 euros por tonelada para cebada. A partir de esta fecha, se ha producido un descenso en la cotización. Las previsiones de buena cosecha en Europa, Brasil y Canadá apuntan a que continúe este descenso en los precios, aunque es difícil prever la evolución.

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