UPA Castilla y León denunció esta semana “la situación límite” en la que se encuentran las granjas de pollos en la Comunidad ante la abusiva subida del precio del gas, principal fuente de consumo energético de este sector, multiplicándose por cinco el precio desde septiembre del año pasado. Esta situación genera una explotación media asuma en el último año, sólo en gas, en torno a 12.000 euros de sobrecoste, dificultando la rentabilidad en un sector con márgenes de por si estrechos.
Desde UPA Castilla y León subrayaron que el precio que se paga por la electricidad en España está subiendo de forma escandalosa, y sin duda uno de los componentes que más está afectando a los precios de la energía eléctrica es precisamente el gas. De este modo, la repercusión económica para los 450 profesionales del sector avícola de Castilla y León que producen al año alrededor de 112.000 toneladas y sacrifican 60.000 animales está siendo muy gravosa, y más lo será a partir del 21 de septiembre con un nuevo incremento del coste en 0,08 euros/kilo más impuestos.
“Los productores avícolas deben mantener las condiciones caloríficas ideales para la correcta crianza de animales gracias a los sistemas generadores de aire caliente, suelo radiante, tubos radiantes o lámparas de infrarrojos, además del coste para la ventilación, iluminación y motores de elevación de agua y reparto de piensos, entre otros”, detallaron. En este sentido, según datos de UPA los costes de luz y gas que tienen que asumir los ganaderos en la cría de broilers representan en torno al 35 por ciento de los costes totales de producción.
La realidad es que la situación de los productores avícolas actualmente es límite y las previsiones más pesimistas apuntan a que la llegada del invierno supondrá un incremento aún más gravoso en el recibo del gas, teniendo en cuenta que la energía actualmente es el coste de producción más importante en el sector del pollo.
Desplome de los precios del pollo en origen
A esta situación hay que sumarle el desplome de los precios del pollo en origen a lo largo de los últimos meses debido a la caída del turismo y del fuerte impacto en el canal Horeca, que está poniendo contra las cuerdas a las explotaciones profesionales avícolas de carne en la región.
UPA avisó de la situación dramática que lleva atravesando el sector desde el inicio de la pandemia, que se agrava con el descomunal incremento de la factura energética, por lo que para evitar el cierre de explotaciones deben adoptarse desde las administraciones medidas de choque como la reducción de impuestos y ayudas directas a un sector estratégico como es el aviar.
Para esta organización profesional agraria, el escenario actual es muy preocupante teniendo en cuenta que nuestro país depende exteriormente del petróleo, del gas o de la electricidad, y sería dramático que la alimentación como consumo interno de bien de primera necesidad para la sociedad española también dependiera de los intereses de terceros países.
Desde UPA remarcaron que la producción de carne de pollo en Castilla y León mantiene una gran importancia relativa en el total de la producción ganadera española, pues no en vano es la Comunidad con más explotaciones en el conjunto nacional. “El valor económico que generan “es muy relevante para zonas rurales de nuestra comunidad autónoma”, sentenciaron.
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