Tras la confirmación de un brote de PPA en jabalíes en Hungría cuyo origen de infección parece ser residuos alimentarios introducidos por ciudadanos extranjeros, la Unión de Campesinos pide que se prohíba la importación de estos animales desde países del este a nuestro país.
Como ya puso de manifiesto recientemente la Unión de Uniones, organización estatal a la que pertenece Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL), la importación de jabalíes de países del este “afectados” por la Peste Porcina Africana (PPA), supone un importante riesgo para las explotaciones ganaderas y reclama la prohibición de la entrada de estos animales.
Desde la Unión de Campesinos considera que en Castilla y León no existe ninguna necesidad para importar jabalíes de fuera de España, ya que la población es lo suficientemente grande y puede implicar grandes perjuicios para los ganaderos castellanoleoneses. Está demostrado que la mayoría de las enfermedades que afectan a las ganaderías provienen de la fauna salvaje que actualmente se encuentra exenta de controles sanitarios. En cambio, las explotaciones ganaderas están sometidas a rigurosos controles.
La población de jabalíes en Castilla y León se ha incrementado considerablemente en los últimos años, convirtiéndose prácticamente en una plaga y ocasionando importantes problemas, no solo siendo portadores de enfermedades a las explotaciones ganaderas, sino también provocando un gran número de accidentes de tráfico.
Unión de Campesinos recuerda que el sector porcino es de gran importancia en Castilla y León en términos de cabezas de animales y en consecuencia también en producción de carne y tras mucho esfuerzo el sector ha alcanzado un satisfactorio estado sanitario, por lo que considera de vital importancia extremar todas las precauciones pertinentes ante los movimientos de animales susceptibles de poder difundir la PPA en nuestro país y por ende en nuestra comunidad.
UCCL alerta del riesgo que supone traer jabalíes de áreas próximas a países con PPA
Estas importaciones suponen un grave peligro para el sector porcino, que generó un valor económico de 354 millones de euros en Castilla y León en 2016.
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