Los veterinarios dan la cara por la caza como control de especies y garante de salud

Ante el Auto del T.S.J. de Castilla y León de suspensión de la normativa de la caza en Castilla y León de fecha 26 de febrero de 2019 el Consejo de Colegios Veterinarios de Castilla y León da la cara por la caza como garante de salud

 Zamora tramitó algo más de 450 licencias de caza durante el primer semestre del año
Zamora tramitó algo más de 450 licencias de caza durante el primer semestre del año

El Consejo de Colegios Veterinarios de Castilla y León ha remitido un comunicado respecto a la supresión cautelar de la caza en Castilla y León. En dicho comunicado el Consejo de Colegios de Veterinarios aseguran considerar  necesario, por el bien de todos, un control de las poblaciones de animales silvestres que conviven con el ser humano en el medio rural y que interaccionan en sus hábitats con las actividades agrícolas, ganaderas, lúdicas y deportivas.

Es por ello que ponen de manifiesto como las proliferaciones incontroladas de alguna de las especies de animales silvestres, puede poner en peligro la frágil supervivencia de otras que están en peligro de extinción. Advierten que se debe tener en cuenta otros factores que  afectan a todos relacionados con el concepto “Salud”. Entendido este concepto como “Una Única Salud” que afecta conjuntamente a todos los seres vivos, humanos, animales domésticos y silvestres y también al medio ambiente en el que todos convivimos, pues cualquier alteración grave en una de las partes va a afectar a todas las demás que forman el conjunto.

Piden por tanto un poco de memoria para que se recuerden  las epidemias de sarna por la superpoblación de ungulados y escasez de alimento para todos ellos, o la Tularemia de las liebres, ambas enfermedades zoonóticas que se contagian a los humanos. O que en temporadas de superpoblaciones de conejos son cuantiosos los daños en los cultivos agrícolas y leñosos. Otro tanto ocurre con los jabalíes y otros ungulados que a mayores provocan graves accidentes de tráfico.

Volviendo al tema de la Salud, que como sanitarios aseguran que es el que más le compete, piensan como es innegable que el incremento incontrolado de ciertas especies silvestres, incrementa el riesgo de contagio de enfermedades zoonóticas entre ellos y a la población humana, bien directamente, o a través de los animales domésticos con los que comparten el medio ambiente.

La Tularemia de las liebres, la Tuberculosis, la Triquinelosis, la Brucelosis y otras son enfermedades compartidas entre los animales y las personas y el riesgo de contagio se incrementa con el aumento incontrolado de las poblaciones silvestres, sobre todo de jabalíes y otros ungulados. 

Sin olvidarnos del gran peligro en la sanidad animal que en la actualidad se cierne sobre Europa. La Peste Porcina Africana que se está extendiendo a través de las poblaciones de jabalíes. 

Aunque no se trate de una zoonosis, el impacto socioeconómico que tendría si llegase a alcanzar a la producción de cerdos en nuestra Comunidad, como en el resto de España, en un momento en que estamos a la cabeza de Europa en su producción, sería enorme y provocaría una grave crisis en la producción ganadera. Uno de los pilares de producción del medio rural, medio de vida de muchos ganaderos y trabajadores que contribuye a fijar población y a combatir el despoblamiento de la hoy denominada “España desierta”.

A esto añaden que la gran preocupación de los ganaderos de extensivo en varias provincias como Zamora ante las pérdidas provocadas por la expansión del lobo y las responsabilidades que se les puedan achacar por los daños o accidentes provocados por sus animales al huir asustados ante un ataque.

Por eso se demandan que la administración competente estudie y controle correctamente la evolución de estas poblaciones, con equipos multidisciplinares, integrados por veterinarios, biólogos, ingenieros, preferentemente funcionarios, como garantía de independencia, que estén destinados sobre el terreno y no en los despachos de las ciudades, que obtengan y se hagan públicos los datos sobre la evolución de las poblaciones de animales silvestres y su estado sanitario, con la finalidad de evitar daños y contagios que alteren esa “UNA SALUD”, del conjunto ya mencionado.

Que en la regulación de las medidas que se tomen para controlar las poblaciones se obligue a la supervisión por personal competente en sanidad animal, veterinarios, de las pieza abatidas y de la correcta eliminación de residuos y desechos, para que en caso de ser susceptibles de contagiar enfermedades infecciosas, ya mencionadas antes o parasitarias como Hidatidosis o la Triquinelosis, no se contribuya a la diseminación y pervivencia en el medio de aquello que queremos evitar.

Por todo esto consideran que se puede utilizar la caza como medio para el necesario control de las poblaciones y que al hacer este control genera una actividad lúdica y económica que ayuda a la supervivencia en el medio de la población rural. 

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