El consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, asumió que Castilla y León contará en 2024 con el presupuesto más alto de la historia, tras el récord del año pasado, pero advirtió de que eso se debe analizar “con mucha prudencia” para “no incurrir en gasto de carácter estructural” ante futuros ejercicios en los que no habrá tantos ingresos para “no generar problemas”.
Unas cuentas récord, dijo en ‘Los Desayunos de Ical’, que llegan de la mano de la liquidación de 2022, cuando la recaudación subió mucho tras la pandemia. Asimismo, advirtió de que la recaudación, con subidas muy ligadas a la inflación, en años sucesivos será más moderada, a lo que se suma la subida de tipos y su impacto en la deuda, junto a la vuelta a las reglas fiscales y al control del déficit (0,1 por ciento este año) y la disminución hasta su desaparición en los fondos Next Generation.
“Las cuentas del futuro inmediato estarán lastradas y debemos ser prudentes a la hora de presupuestar pensando en 2025 y 2026”, advirtió, para poner de relieve también el aumento de los desembolsos en personal con la subida de los salarios y la mayor estructura de trabajadores “que nunca” en la Administración regional, junto al los gastos corrientes y los precios de los suministros y los servicios con la inflación. “Estamos debatiendo algún mecanismos de ajuste de los contratos públicos para adaptarlos a la realidad”.
Así, sentenció la necesidad de “no incurrir en gasto de carácter estructural pensando en el futuro”, para recordar, por ejemplo, que parte del gasto con la llegada de la Covid en sanidad, educación o servicios sociales se ha consolidado mientras los ingresos “no han evolucionado al mismo nivel” por lo que “tenemos un problema que abordar en el futuro”.
El consejero de Economía y Hacienda se detuvo en la merma de la recaudación por tributos, que creció mucho por la pandemia, en Transmisiones Patrimoniales, cuando “muchas personas decidieron cambiar de vivienda”, y en IVA, por un aumento del consumo, ya que “elevaron sus gastos porque había la percepción de que había que vivir el momento” que coincidió con un alto nivel de ahorro, a lo que se sumó la inflación.
Bajar impuestos
En este contexto, aseguró que el nivel de recaudación “no va a crecer al ritmo que ha crecido hasta ahora” pero la Junta, dijo, sigue manteniendo una política tributaria que se basa en no subir impuestos a familias, pymes y autónomos y “en la medida de los posible continuará con esa política de rebaja de esos tributos”.
Además, recordó que en las cuentas de 2024, acometerán la cuarta rebaja de impuestos en los dos últimos años para ensalzar que Castilla y León tiene los impuestos más bajos de su historia y “no será la última rebaja fiscal, porque esa es la filosofía que tenemos, todos los márgenes que tengamos, los traduciremos en nuevas rebajas”.
“Planteamos una rebaja fiscal moderada, selectiva, inteligente, que beneficie sobre todo a familias, a pymes y a autónomos”, dijo, para asumir que de momento no pueden definir cómo será la quinta rebaja, porque “dependerá de las circunstancias económicas”. Eso si, dejó claro que “no será nunca a base de reducir la calidad de los servicios públicos que prestamos”.
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