Castilla y León exige en Bruselas más peso político y financiero para frenar la despoblación en Europa
La vicepresidenta de la Junta, Isabel Blanco, reclama en el Comité de las Regiones una Política de Cohesión post-2027 centrada en el reto demográfico.
La Junta de Castilla y León ha alzado la voz en Bruselas para defender el papel clave de las regiones en la lucha contra la despoblación. Isabel Blanco, vicepresidenta y consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, ha reclamado este martes una Política de Cohesión más ambiciosa y adaptada a las realidades locales, durante su intervención en el pleno del Comité de las Regiones de la Unión Europea.
Blanco ha subrayado que la pérdida de población, el envejecimiento y la dispersión territorial deben ser el eje central de la estrategia europea a partir de 2027, ya que una sexta parte de las regiones de la UE ya sufre retrocesos demográficos. En este contexto, ha defendido que sean las propias regiones quienes gestionen los fondos y diseñen las políticas, por su conocimiento directo del territorio.
“No se puede hablar de cohesión sin contar con quienes mejor conocen las necesidades locales”, ha afirmado, reclamando líneas de financiación específicas para combatir la despoblación y más capacidad de decisión para los gobiernos autonómicos y locales.
Castilla y León, ejemplo de gestión
Blanco ha puesto como ejemplo a Castilla y León, una comunidad que cuenta con 2.248 municipios, el 94 % de ellos con menos de 2.000 habitantes, y con un 36 % de su población viviendo en el medio rural. Esta realidad multiplica el coste de los servicios públicos: la ayuda a domicilio para personas dependientes cuesta un 78,5 % más y la educación primaria, un 33 % más, según datos de la OCDE.
Aun así, ha recordado que Castilla y León lidera los rankings de calidad en Servicios Sociales y Dependencia, y se sitúa a la cabeza de España y Europa en educación, según el informe Pisa. También se mantiene en las primeras posiciones del país en calidad del sistema sanitario.
Políticas activas para frenar el declive demográfico
La vicepresidenta ha destacado las medidas aplicadas por la Junta para responder a estos desafíos: mantenimiento de escuelas con solo tres alumnos, fomento de la conciliación familiar, apoyo a la natalidad, impulso a la igualdad, atención sanitaria de calidad –incluso en municipios pequeños– y apuestas tecnológicas en los cuidados para personas dependientes.
En materia de empleo, ha recordado que el Ejecutivo autonómico impulsa el desarrollo del sector primario, la industria agroalimentaria, el turismo y el sector forestal, y ha defendido la necesidad de una fiscalidad favorable en el medio rural, así como la mejora de infraestructuras, conectividad digital y transporte público.
A pesar de las dificultades, los resultados comienzan a verse: Castilla y León ha logrado un saldo migratorio positivo de 22.300 personas en los últimos tres años, una cifra que refleja que las políticas implementadas están dando frutos.
“Una política cohesionadora que no tenga en cuenta el reto demográfico está condenada al fracaso”, ha concluido Blanco, dejando claro que el futuro de Europa también se juega en sus pueblos.
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