La contribución a la economía circular a través del reciclaje de envases sigue afianzándose entre los castellanos y leoneses, consiguiendo que cada vez más envases puedan convertirse en nueva materia prima para crear, a partir de ellos, otros productos como textiles, mobiliario urbano, tuberías y nuevos envases. De hecho, en 2022 en Castilla y León se enviaron a instalaciones recicladoras 70.601 toneladas de envases domésticos de plástico, metal, briks y papel y cartón para ser reciclados y darles una nueva vida, un 4,3 % más con respecto al año anterior. Estos datos, que junto con los del resto del país se comunican anualmente al Ministerio de Transición Ecológica, consolidan los datos de envases totales reciclados -industriales, comerciales y domésticos- que España reporta a Europa.
La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta de Castilla y León apuesta como uno de sus principales objetivos acercar y facilitar el reciclaje a los habitantes de la Comunidad a través de diferentes actos y proyectos en los que colabora, como el proyecto RECICLOS o el proyecto LIBERA, entre otros.
Por tipo de material, de las 70.601 toneladas recicladas, 26.053 fueron de envases plásticos; 32.260 correspondían a papel y cartón; 10.278 fueron envases metálicos; y 2.010 toneladas correspondieron a envases de madera.
Del total de toneladas de envases reciclados, 54.476 procedían de los envases que los ciudadanos separaron en los contenedores amarillos y azules de la calle y en las papeleras de colores instaladas en espacios de gran afluencia de público, como parques temáticos, aeropuertos, estadios de fútbol, oficinas y bares y restaurantes. La cantidad restante se consiguió recuperar de las plantas de la fracción resto, donde llegan todo tipo de residuos sin separar.
De hecho, la implicación ciudadana es fundamental para el proceso de reciclaje. La separación que los ciudadanos hacen en sus hogares y otros espacios es el primer paso de un largo proceso industrial que acaba en una instalación recicladora, que es la que convierte los residuos en nueva materia prima. Así, cada ciudadano de Castilla y León separó 24,5 kilos de envases plásticos, latas, briks y papel y cartón para hacer posible su reciclaje. Estos datos van en línea con los objetivos que marca la nueva legislación nacional y ambiental para mejorar la cantidad y la calidad de la separación que los ciudadanos realizan.
Por eso, y a pesar de que este hábito de separar para reciclar está muy asentado, el objetivo es que cada año los ciudadanos de Castilla y León lo hagan más y de mejor forma. Para ello, es fundamental que cuenten con infraestructuras y servicios que les facilite esta tarea, como son los 17.232 contenedores amarillos (1.674 contenedores más que en 2021) y los 22.046 azules (243 más) que hay en la calle, así como las más de 3.400 papeleras de colores disponibles en otros espacios.
Así, gracias a la contribución de los castellanos y leoneses, el pasado año se enviaron a instalaciones recicladoras un total de 1.627.313 toneladas de envases a nivel nacional. De esta forma, se ahorró el consumo de 21,46 millones de m3 de agua y de 6,72 millones de MWh de energía, además de evitar la emisión de 1,69 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. Cabe destacar que el 20 % de los envases domésticos de plástico puestos en el mercado incorporaron material reciclado, fomentando así su circularidad.
El reciclaje de envases, un hábito que se impulsó hace 25 años
Se cumplen 25 años desde que se impulsara la normativa de reciclaje de envases en España. Desde entonces, tanto el compromiso ciudadano con el hábito del reciclaje como las infraestructuras han dado grandes pasos, consiguiendo que cada vez se reciclen más envases. De hecho, en el primer año de recogida selectiva en la Comunidad, las toneladas de envases recicladas fueron 15.275, una cifra muy lejana a las 70.601 alcanzadas en 2022.
Así, a lo largo de este cuarto de siglo, se ha hecho un gran esfuerzo por mejorar infraestructuras, como el número de contenedores o las plantas de selección -13 de ellas en Castilla y León-, así como por concienciar y enseñar a la población sobre qué depositar en cada contenedor y la importancia que para el medioambiente tiene el sencillo gesto de reciclar, siendo ya 8 de cada 10 castellanos y leoneses los que declaran separar sus envases a diario.
A pesar de estos avances, aún hay ámbitos en los que se puede mejorar para incrementar la colaboración ciudadana con la separación de envases, en línea con las nuevas metas planteadas por la legislación nacional y europea. Por ejemplo, todavía hay ciudadanos que no separan en el contenedor amarillo envases pequeños o metálicos como latas y aerosoles, o que confunden ese contenedor con el de plásticos y depositan en él juguetes, sillas e, incluso, textiles, complicando la labor de selección llevada a cabo por las plantas de clasificación, al estar preparadas para separar únicamente envases.
Además, aún pueden darse pasos con el reciclaje de otro tipo de residuos que, hasta el momento, no han tenido una recogida separada obligatoria, tales como el textil, la materia orgánica o los envases comerciales e industriales. De hecho, los objetivos marcados en materia de reciclaje para los próximos años inciden en el aumento del reciclaje de todo tipo de residuos, sean domésticos o no. Igualmente, es necesario priorizar cada vez más la reducción y el consumo responsable y la reutilización como alternativas previas al reciclaje.
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