El curso se celebra en el marco del convenio de colaboración suscrito entre la Consejería de la Presidencia y la Fiscalía General del Estado para la formación de fiscales y letrados de la Administración autonómica en este año 2023.
En él, se analizará la actividad delictiva de menores de edad, en especial cuando las propias víctimas también lo son. Se tratará de proporcionar a los asistentes una visión integral de la problemática suscitada por las conductas violentas de los menores en el ámbito familiar y educativo.
En el curso se abordarán temas de gran actualidad y repercusión social, como los comportamientos delictivos de los menores a través de las redes sociales y mediante el empleo de las nuevas tecnologías, como el stalking u hostigamiento y control reiterado a través de Internet, o el sexting, que consiste en el envío de imágenes o grabaciones de contenido erótico a través del móvil o del ordenador.
También dedica un apartado a las conductas violentas de los menores en las aulas, con especial atención al fenómeno del acoso escolar o bullying, analizando los recursos de que dispone el sistema educativo frente a estas y otras conductas infractoras de los menores. Además, se analizará la violencia filio-parental, es decir, aquella ejercida por los menores sobre sus progenitores o tutores.
Se trata de un curso multidisciplinar, al que, además de fiscales y letrados, asisten otros profesionales procedentes de los servicios sociales que desarrollan su trabajo en la intervención con menores, pertenecientes a la Gerencia de Servicios Sociales de Castilla y León. También asisten profesionales pertenecientes a centros educativos de la Consejería de Educación. En total, el curso contará con 28 participantes.
La Directora de los Servicios Jurídicos, María González Fonseca, ha destacado en la inauguración la repercusión social que tienen las conductas delictivas de los menores que son cometidas utilizando las nuevas tecnologías, y ha abogado por la necesidad de mejorar los instrumentos de protección existentes: “El acceso a las nuevas tecnologías y el anonimato con que pueden ser usadas han determinado que se haya multiplicado la comisión de este tipo de delitos, cuyas víctimas son, en numerosas ocasiones, niños y adolescentes, lo que determina que este fenómeno tenga enorme transcendencia por el daño que puede generar a los derechos de estos menores”.
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