La risa es el mejor alimento para el alma, pero también para el ego y si no que se lo digan al cómico Ángel Martín. El aplauso fue inmediato cuando apareció en el escenario y se convirtió en la banda sonora de todo el espectáculo.
Los desvelos del cómico durante el confinamiento fueron el eje vertebrador de un monólogo que viajó también por las peculiaridades de vivir en pareja o cómo afrontar la crisis de lo cuarenta.
Su análisis sobre las medidas restrictivas del coronavirus provocaron una carcajada constante en el patio de butacas en un momento en el qué reírse de la pandemia ya parece permitido aunque Ángel Martín se encargó de exponer como todo lo que vivimos esos meses fue un puro chiste.
El cómico mostró una faceta renovada, madura y sobre todo mucho más cercana ya que no dudó en volver a salir tras el aplauso final para, emocionado, agradecer a todo el público que le haya permitido volver a estar ahí.
Sin duda, una noche de risas y de introspección de la que Ángel Martín se llevó el cariño de todos los zamoranos.