¿Qué novedades trae este año la cofradía?
No hay novedades, aunque sí quiero recordar que este año será el último en el que desfile nuestro bombardino Agustín. Le hemos hecho un homenaje por sus cincuenta años en la hermandad.
¿Cuál es la salud económica y social de la cofradía?
Estamos muy contentos. En lo económico tenemos una cuota de 10 euros y somos 150 hermanos, por lo que con 1.500 euros nos da para todo. Nos resistimos a subir la cuota porque tenemos suficiente dinero para gastos del año, procesión y obra social. En cuanto a los hermanos, este año han entrado tres nuevos hermanos después de 32 años en lista de espera. La participación es buena. En el desfile procesional salimos 140 de 150 que somos, y la participación en las asambleas, por ejemplo, es de 90 hermanos sobre esos 150. Estamos contentos.
¿Qué papel juega la Semana Santa en el desarrollo de Zamora?
La realidad es que mientras que la ciudad parece ir a menos, la Semana Santa va a más. Es una situación digna de estudio, por el factor social que supone, de involucrar a toda la sociedad zamorana. No podemos bajar la guardia y no debemos denostarla, sino apoyarla en firme porque sigue las listas de espera siguen creciendo, pero tenemos que estar preparados por si en un futuro baja la participación como está ocurriendo en otras ciudades.
¿Alimento o plato que más le guste típico de Semana Santa?
Las torrijas.
¿A quién le recomendaría que viniera a ver la Semana Santa?
Me gustaría que el Papa Francisco viniese, porque creo que estanos a la altura de poderle recibir.