Capitonis Durii, 20 años de vida y premio Patrimonio Cultural: "Llevar la historia de Zamora fuera y ser recibidos con los brazos abiertos es muy bonito"

Luis Fernando García, presidente de Capitonis Durii, destaca el orgullo que supone el reconocimiento en los Premios Tierra de Zamora por preservar las tradiciones zamoranas

Luis Fernando García. Presidente de Capitonis Durii
Luis Fernando García. Presidente de Capitonis Durii

Enorgullecerse de la cultura de la tierra, no dejar en el olvido las tradiciones populares que unen generaciones. La asociación Capitonis Durii ha sido reconocida con el galardón Patrimonio Cultural en los Premios Tierra de Zamora, una mención honorífica que reconoce el trabajo y la dedicación por preservar y divulgar las tradiciones populares de Zamora.

Capitonis Durii ha celebrado en este 2025 una doble cita. Primero, sus 20 años de vida: dos décadas dedicadas a mantener viva la memoria histórica y la difusión de las tradiciones de una provincia en la que resiste el compromiso de que las costumbres se inculquen a las generaciones futuras.

Luis Fernando García, presidente de la asociación Capitonis Durii, se muestra orgulloso del galardón con motivo del Día de la Provincia. Habla de las metas y de un recorrido que, en 20 años, se ha transformado.

¿Qué significa para usted y para Capitonis Durii recibir este galardón en la categoría de cultura?

Es como un espaldarazo. Este año cumplimos el 20 aniversario y que una institución como la Diputación Provincial reconozca una labor que estamos haciendo con Capitonis Durii durante estos 20 años, pues es una muy buena noticia. 

Tenemos ganas de seguir hacia adelante, porque algo bueno estaremos haciendo si nos lo reconocen.

¿Cuáles diría que han sido los momentos más simbólicos o emocionantes de estos 20 años?

Ir incrementando la familia, ya no solo con capital humano, sino con los gigantes. Empezamos humildemente allá por el año 2005 con dos cabezudos. Luego se sumaron otros dos, hicimos después dos gigantes, por lo cual, ahora mismo, la familia, lo que es la comparsa de gigantes y cabezudos, son siete gigantes y diez cabezudos.

Un momento especial fue,cuando viajamos a Barcelona, capital, y en una de las paradas o fondos que hacen los gigantes, coincidió, en pleno paseo de las Ramblas, que justo Urraca estaba posada donde, por desgracia, fue el atentado de aquella furgoneta. Y luego, los personales, con diferentes socios que están a muerte con Capitonis. Por ejemplo, en uno de los pasacalles, una de las manos de uno de los gigantes, de tanto traqueteo de baile, se cayó. Son diferentes momentos que se van grabando en la retina. Unos malos, otros no tan malos, otros muy buenos.

¿Qué ha cambiado en la asociación desde sus inicios? ¿Y qué se ha mantenido intacto?

Recibimos en nuestra sede municipal, ubicada en la antigua estación de autobuses, a centros escolares, tanto de la capital como de la provincia. Nos reinventamos y una de las cosas en las que hemos ido creciendo con el paso del tiempo es que hacemos espectáculos en diferentes teatros. En el Teatro Principal o en el Ramos Carrión hemos llevado a escena un montón de montajes teatrales. No solo vamos con la dulzaina detrás del gigante, sino que hacemos montajes teatrales.

Y lo que se ha mantenido intacto es que Capitonis Durii es una asociación inclusiva, donde no ponemos barreras ni fronteras a nadie que quiera pertenecer a este colectivo. Nosotros recibimos con los brazos abiertos a cualquier persona que, por un motivo u otro, quiera venir aquí, bien sea para salir de la rutina del día a día, participar en la historia de nuestra ciudad, cargar un gigante, portar un cabezudo, tocar un instrumento, o simplemente porque le gusta la época medieval y se viste con nosotros y participa en mercados medievales.

¿Cuál ha sido el mayor reto a lo largo de estos años liderando la asociación?

Uno, el personal mío: sacar tiempo para todo y luego, sobre todo, mantener vivo al grupo joven. Aquí en Zamora es muy difícil mantener a la gente joven por unas razones u otras: tienen que salir a estudiar. Mantener una plantilla fija de cargadores, por ejemplo, es complicado. Nos lo hemos currado. Aquí todo el mundo que viene se siente bien recibido.

¿Se puede afirmar que hay relevo generacional?

Más del 50 % de la asociación son menores de edad, por lo cual entendemos que toda esa gente va a seguir con nosotros y va a seguir apoyando a Capitonis Durii.

Capitonis Durii ha llevado su propuesta cultural a distintos rincones de España. ¿Cómo ha sido la experiencia de representar la historia de Zamora fuera de sus fronteras?

El poder ir representando a la ciudad donde has nacido, donde has crecido, donde tienes a los amigos, a la familia, y poder llevar ese trocito de historia de Zamora fuera, y que encima te reciban con los brazos abiertos, es muy bonito.

Eso hace que uno se enorgullezca de nuestra propia historia. Igual que en Soria defienden el cerco de Numancia, en Teruel a los Amantes, o Calixto y Melibea en Salamanca, aquí nosotros defendemos nuestra historia: el pasaje del Cerco de Zamora. A la gente le encanta. Les gusta, porque están hechos con mucho mimo.

¿Qué papel juega el Cerco de Zamora en vuestra actividad? ¿Por qué es tan importante mantener viva esa memoria histórica?

Si nosotros no defendemos lo nuestro, no van a venir de fuera a defenderlo. Cuando vienen los diferentes centros escolares, se les explica quién fue doña Urraca. Intentamos explicar ciertos detalles. Tenemos también guiñoles, títeres pequeños, donde explicamos a los pequeños. Les dejamos meterse dentro de los gigantes. Es una cosa muy atractiva, porque la persona se mete dentro del gigante. Hay gente o padres que vienen, o los mismos profesores o tutores prueban esos gigantes. Nosotros no cobramos. Nos nutrimos de que esos chicos y chicas luego se apuntan a Capitonis Durii y arrastran a sus padres. A día de hoy, somos 200 socios.

¿Cómo le gustaría que se recordara su legado en la cultura de Zamora?

Soy un zamorano más, que ama Zamora, que la defiende, pero con humildad. Conocí una Zamora mucho mejor de lo que está ahora, porque ahora paseas por cualquier calle céntrica y está todo cerrado. Las grandes superficies se llevan todo. Si con este trocito que aportamos a la cultura con Capitonis Durii hacemos a la gente feliz, y conseguimos que alguien ponga un punto en el mapa y diga: “Mira, esto es Zamora, porque vinieron aquí los gigantes y nos hablaron de Zamora y del Cerco”, nosotros, orgullosísimos.

¿Qué nuevos retos o ilusiones tienen por delante?

Este año, con el 20 aniversario, queremos en septiembre poder llevar a cabo un libro que recoja los 20 años de historia. Vamos a tener una gala en diciembre por todo lo alto.

Y, como reto a largo plazo, cambiar de sede. Hay muchas alternativas donde podríamos ir. Por ejemplo, a la Fundación Hispano-Lusa, y darle un poco de vida allí a los gigantes, crear un centro de interpretación del Cerco de Zamora.

Antes de que algún día me marche de aquí como presidente, quiero que Capitonis Durii siga teniendo un espacio donde albergar no solo este patrimonio que hemos creado de gigantes y cabezudos, sino donde los socios puedan llevar a cabo las diferentes actividades.

Además de su labor en Capitonis Durii, también es secretario de Nuestra Madre de las Angustias. ¿Cómo ve el futuro de la Semana Santa zamorana?

No es lo que yo viví. Yo ahora veo que se crean, alrededor de unas elecciones, como si fueran elecciones municipales. Yo me pongo al servicio de la cofradía, soy un hermano más dentro de la cofradía, con un poquito más de responsabilidad.

Creo que todos formamos parte de la Semana Santa. Parece que las ciudades limítrofes con Zamora nos han comido un poquito. Y a lo mejor eso de mirarnos tanto el ombligo a veces viene mal. Todo irá mejor, pero de momento no son los mejores años de la Semana Santa.

Por último, ¿cómo ve la evolución del Museo de Semana Santa?

Todo lleva su tiempo. Será un atractivo turístico no solo para la Semana Santa de España, sino también para diferentes artistas, porque va a tener un proyecto museístico adaptado a nuestros tiempos.

Tendrá un montón de recursos interactivos. Va a ser un punto de referencia para la Semana Santa nacional, y eso hará que recuperemos la ilusión y podamos estar otra vez en la punta del iceberg con las grandes Semanas Santas como Sevilla o Valladolid.

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