Con una cámara digital Fuji colgada del cuello, Carlos Saura paseaba este jueves por las calles de la capital zamorana. Unas calles que no había vuelto a pisar desde los años cincuenta, cuando recaló en la capital del románico para fotografiar la vida de las gentes de antaño. Una España mísera, triste, luctuosa, tras un proceso bélico y en un tiempo de posguerra desalentador.
Desde entonces, y según reconocía el propio cineasta, fotógrafo y escritor español, de reconocido prestigio a nivel internacional, no había vuelto a poner un pie en Zamora. Sí en la provincia, ya que reconocía que Toro ha sido uno de sus lugares de peregrinaje en los últimos años para tomar más y más instantáneas.
Su presencia este jueves en Zamora respondía a la presentación de la exposición ‘Carlos Saura. España años 50’. Una obra que permanecerá expuesta en el Palacio de La Alhóndiga hasta el 30 de octubre y que reúne una amplia muestra de imágenes históricas, en blanco y negro, que hoy se le presentan al observador como la crónica visual de una España sumida en la pobreza, en la miseria y en la tristeza propia de la depresión que siempre se desprenden de los periodos posteriores a los conflictos bélicos.
Dentro de esa amalgama de aproximadamente medio centenar de instantáneas elegidas para componer esta exposición se encuentran una docena de imágenes que reflejan la vida en la provincia de Zamora. Principalmente en la comarca de Sanabria, donde Saura acudió para ayudar a un buen amigo a rodar un documental y quedó prendado de las gentes, de los momentos cotidianos y del trabajo que realizaban los vecinos para sacar adelante a sus familias. Incluso, recordaba y lamentaba este jueves que muchas de las personas que están inmortalizadas en sus fotografías perecieron poco después, devoradas por las aguas tras la rotura de la presa de Vega de Tera que sepultó el pueblo de Ribadelago.
También la capital tiene su espacio en esta muestra. No obstante, fue la primera y última vez que Saura pisó la urbe de la provincia. Una imagen de una niña y una mujer en la zona del Puente de Piedra y la instantánea de la Puerta del Obispo en los años 50, son las dos imágenes de la capital zamorana que forman parte de esta exposición que empieza a recorrer el país.
“Cada fotografía que hacemos son una serie de pasados que dejamos”, exponía el autor durante la presentación que se desarrollaba en el propio Palacio de La Alhóndiga y a la que acudían algunas de las principales figuras del panorama político y social de nuestra provincia. La exposición ‘Carlos Saura. España años 50’ hace su tercera parada en nuestra país y Zamora ha tenido la fortuna de acogerla. Una muestra imperdible para los amantes de la cultura y realizada por una de las figuras culturales más importantes de nuestro país.
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