Medio millar de espectadores, once escenas y una historia: la de Zamora. Ni una sola palabra bastó para arrancar los primeros aplausos del público a los pocos segundos del comienzo del espectáculo. Un imponente Arias Gonzalo subido en la torre del Castillo fue vitoreado por los más de quinientos espectadores que se dieron cita en los jardines de la fortaleza. 

Pese a que el desenlace era de sobra conocido por todos, durante los cuarenta minutos de actuación el público siguió con sumo interés el guión escrito por el dramaturgo Daniel Pérez y conducido por Enrique Novo, en la piel de un trovador de la época; e Israel Tascón, encarnando a un singular pregonero. 

Por su parte, los actores de La Tijera Teatro fueron los encargados de poner voz a Doña Urraca, El Cid, Arias Gonzalo, Bellido Dolfos y Sancho II el Fuerte, el benjamín de la familia Capitonis. Además, como novedad de esta octava edición, títeres, cabezudos y pequeños muñecos también fueron incorporados al tradicional elenco con tingladillo incluido en el atrezzo.

De este modo, los espectadores pudieron contemplar el Cerco de Zamora desde cinco alturas diferentes: gigantes, actores, cabezudos, títeres y muñecos. Cinco visiones que fueron grabadas en circuito cerrado y proyectadas sobre los muros del Castillo para no perderse ningún detalle, desde la muerte del rey Fernando I hasta el reto de Diego Ordóñez y el noble final: la exención de traición a la ciudad de Zamora. 

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