Esta actividad contará con el patrocinio y colaboración del CFIE de Zamora, la Dirección Provincial de Educación-Junta de Castilla y León, la Escuela de Magisterio, el Grupo Móvex, la empresa zamorana Informática-Tecno 2000, la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de la capital, Policía Municipal y Policía Nacional.
La actividad se desarrollará desde las 10:00 horas en la Ciudad Deportiva, concretamente en el Pabellón Verde “Manuel Camba”. A los diversos colectivos o grupos del encuentro escolar acompañan también sus tutores, profesores de música o de educación física. La organización de esta muestra lamenta que el resto de padres, compañeros, familiares y mayores de la comunidad educativa se pierdan este evento, por ser este un espectáculo lleno de color, sonido y movimiento, pero el aforo es limitado (600 plazas) y se completa casi en su totalidad por el alumnado y personal organizador de los centros asistentes, de la capital y provincia.
En esta XI Muestra de Danza Escolar está previsto que participen 23 colegios: 22 centros públicos y uno más concertado con fondos públicos, tanto de la provincia como de la capital, que congregarán alrededor de quinientos escolares.
“Creemos que lo importante no es tener un marchamo de exclusividad sino que la calle sea escuela y la escuela sea calle. Que nuestros alumnos y alumnas se relacionen fuera de su entorno escolar para algo tan hermoso como es el bailar; que toda la ciudad sea testigo de lo que hemos trabajado y disfrutado durante unos meses. Cómo de unos ritmos, compases, armonías, pasos, melodías y coreografías puede surgir algo tan bello como las amistad, el sentirnos todos parte de la gran danza que nos une y hace que nos comprendamos mejor. Ese es el gran milagro de la música y el baile en común”, aseguran desde la organización.
Fue en diciembre de 2005 cuando un grupo de maestros de música decidieron llevar en primer lugar al aula y, a partir de ahí, a todas las escuelas este proyecto. Un proyecto que no sólo consiste en aprender una serie de pasos, llevar un ritmo, coordinarse con el resto de los danzantes, memorizar las partes de la danza o superar las propias dificultades que individualmente pueda tener cada persona, “sino en sentir el pulso colectivo que nos conduce a la emoción de estar haciendo algo en común, algo hermoso”, finalizan los organizadores.