Huyen de lo académico y simplemente se dejan llevar. No solo por el ‘leader’ sino por la música: espontánea, desenfadada y basada en la improvisación. Más de sesenta personas integran la asociación Swing Zamora que este viernes retomó las clases en el Museo Etnográfico de Castilla y León. 

La jornada de puertas abiertas, que gozó de gran participación, se repetirá el primer viernes de cada mes para dar a conocer el Lindy Hop, un baile que nació en Harlem en los años veinte y que rápidamente se popularizó en Estados Unidos extendiéndose hasta Europa. “Siempre resurge en épocas de crisis, cuando se necesita ese dinamismo del baile”, comentaba este viernes Laura Vicente, una de las integrantes e impulsoras de Swing Zamora. 

Coincidiendo con la primera edición del Festibalc en 2015, varias amigas comenzaron a plantearse la creación del colectivo: “Durante el festival comenzamos a notar que la gente joven empezaba a hacer cosas nuevas en Zamora. Clara Colino, nuestra presidenta, ya había bailado Lindy Hop y nos dijo que le gustaría continuar, por eso formamos la asociación”. 

Buscaron profesores de fuera de la provincia y comenzaron a bailar en la calle o en los bares hasta que el Museo Etnográfico les abrió las puertas de sus instalaciones. Un punto de inflexión que marcó el devenir de Swing Zamora en torno a un “baile social, colaborativo y asequible para todas las edades”, en palabras de Cecilia Serrano, otra de las promotoras de la asociación.  

Tras el éxito de la clase de este viernes, este sábado regresan a la pista para celebrar una clase de iniciación de doce a dos del mediodía que se repetirá en horario de cuatro a seis de la tarde para los más avanzados. El coste es de cinco euros para los socios y de diez euros para los no socios. Para más información, pueden contactar con la asociación a través de sus redes sociales o vía email  en la siguiente dirección swingzamora@gmail.com.

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