Delgado de la Cámara, en el pregón taurino de Zamora: “Somos los depositarios del último gran rito de la civilización occidental”

El abogado y escritor taurino hace una defensa clara de la fiesta explicando que “se está lidiando el mejor toro y se está toreando mejor que nunca”, ensalza la figura de Morante de la Puebla asegurando que es “la autenticidad y la superación de la historia del toreo” y marca los problemas que amenazan con destruir “el último gran rito de la civilización occidental”.

Pregón taurino de Zamora San Pedro 2022
Pregón taurino de Zamora San Pedro 2022

Domingo Delgado de la Cámara (Madrid, 1970) es Licenciado en Derecho y ha escrito, entre otros, Revisión del Toreo; Avatares Históricos del Toro de Lidia; Del paseíllo al Arrastre; Entre Marte y Venus, breve historia crítica del toreo; o La otra vida de Joselito. Además su programa ‘Al toro por los cuernos’ de la plataforma Youtube llega a miles de suscriptores.

Delgado de la Cámara fue el encargado de pregonar la Feria taurina de San Pedro de Zamora de este 2022. Un pregón que articuló en base a una reflexión tajante: nuestro país atraviesa el mejor momento en cuanto a toros y toreros se refiere. “Se está lidiando el mejor toro y se está toreando mejor que nunca”, exponía en su inicio este abogado y escritor taurino, que reconocía que “los problemas de la fiesta están alrededor del toro y del torero”.

En su explicación, argumentó que los problemas son tres: estructural, de comunicación y político. En el aspecto estructural se centró en lo deficitarias que salen las corridas, abordando temas como la necesidad de abaratar costes en diferentes líneas (veterinarios o cuadrillas) y las subvenciones “generosas” que reciben otros eventos culturales y no el toreo. Tras eso, mostró la importancia de plantear desde el sector una nueva estrategia comunicativa: “Estamos en el siglo de la pantalla. Lo que no aparece en los medios es como si no existiera. Los toros no aparecen y por eso gran parte de la sociedad no conoce a los toreros. Habrá que tomar decisiones y tener una estrategia comunicativa”, explicaba. Por último, en cuanto al problema político, se mostraba esperanzado de cara al futuro: “Quiero ser optimista y creer que la situación política va a cambiar de modo sustancial próximamente. Los grandes enemigos de los toros pasarán a una situación de marginalidad y espero que el nuevo Gobierno tenga una nueva actitud con los toros”.

Tras esos tres problemas asociados a la fiesta, insistió en que “la fiesta de los toros está en un momento espléndido”, asegurando que años atrás se “mitificaba” el toreo de antaño, hasta que han salido imágenes de entonces. “El toreo ha ido en una constante superación y el toro en una constante mejora”, explicaba Delgado de la Cámara.

En este aspecto, profundizaba: “Se habla del toro de antes de la guerra civil que era un animal mitológico, de una bravura y una presentación espectacular, pero las imágenes no muestran eso. Hay una segunda clase de toro, el de después de la guerra, que es diferente. Un toro más chico, de mucha más movilidad pero sin clase. Era un toro mucho más imperfecto de lo que se nos vendió”. Tras eso, recordó la crisis de los 70, que dejó la petición de un toro más grande, “pero ese toro no aguantaba la lidia y era la época de las caídas. No era capaz de asumir los kilos que se le habían impuesto”, recodaba.

Toda esa argumentación para concluir que “la mejora del toro de lidia en estos 20 años ha sido espectacular. En los últimos 20 San Isidros, en cada edición han salido treinta toros muy importantes”. Y es que a juicio de este abogado y escritor taurino, el toro actual es grande, embiste con humillación, nobleza, clase y durante mucho tiempo”. Una evidente mejora que Domingo Delgado achaca a los ganaderos “gracias a un cambio de mentalidad”, mejorando en la selección y en la crianza, pasando de criterios intuitivos a criterios científicos y haciendo referencia a la mejora en la alimentación, en la sanidad y en la gimnasia funcional.

Después de argumentar su primera gran reflexión de que “se está lidiando el mejor toro”; pasó a argumenta a su segunda de que “se está toreando mejor que nunca”. En primer lugar reconoció que una cosa que ha mejorado enormemente es la técnica del toreo. “La mejora técnica empieza a producirse con tres toreros: Paco Camino, el Viti y Antoñete”, defendía, asegurando que “la técnica pulida” les permitía “expresarse para que resplandeciera su arte”.

Pero por encima de todos destacó en particular a Morante de la Puebla, que estará en Zamora en la segunda de abono en la Feria de San Pedro. “Es un auténtico privilegio para el aficionado ir a verle porque Morante asume la técnica actual pero además la ha adaptado a los estilos de los grandes toreros del pasado. Es un obseso de la historia, de los toros. Adapta lo que hizo Joselito, Belmonte y Chicuelo a la técnica actual. El resultado es deslumbrante. Es el torero enciclopédico de la historia del toreo. Ha cogido lo mejor de cada época y lo ha pulido”, explicaba Domingo Delgado de la Cámara, poniendo como ejemplo dos faenas recientes en Sevilla que fueron “dos prodigios de la técnica y del valor”.

Es por ello que insistió en la suerte de poder contar con él: “Es la autenticidad y la superación de la historia del toreo. Lo tenemos a nuestro alcance. Hablar de carencia teniendo este torero ante nosotros es absurdo. Y alrededor de Morante hay muchos otros”, seguía analizando, poniendo sobre la mesa “la intensidad de José Tomás”, más allá de las críticas vertidas a este diestro por su relación con los medios y con los empresarios. Tras eso, marcó la importancia de los toreros actuales tras una época, en los noventa, donde se impuso “el torero de consumo, sin sentimiento, y que ha estado presente mucho tiempo”. “Morante otra vez ha instalado en todo el escalafón la preocupación de torear bien, no especulativamente”, insistió, a la vez que también apeló a Morante en la importancia de la aparición o recuperación de castas.

En el tramo final de su pregón, y tras insistir en que “los toros embisten más que nunca y los toreros torean como nunca”, trató de dar alguna pincelada de por qué la fiesta está en decadencia. Y concluyó que es por algo ajeno al sector.

En primer lugar citó a Ortega y Gasset, que dijo que los toros son el reflejo de la sociedad española. “Estamos en una época convulsa, con dos movimientos secesionistas muy peligrosos, una izquierda antiespañola capaz de pactar con el diablo. A eso se le une una situación económica calamitosa. Esa inquietud se traslada a las plazas y hace que la gente esté inquieta porque el futuro es inquietante”.

En segundo lugar apeló a la propia evolución de la fiesta: “La mejora de la fiesta de los toros ha tenido alguna consecuencia inevitable e indeseada: la monotonía y la falta de emoción. Se ha llegado a un toro tan perfecto que hay que ser muy buen torero para estar a su nivel. Porque el torero mediocre se tapaba mejor con el toro mediocre”, reconocía. Igualmente, comparaba la fiesta con otros eventos culturales como el deporte, explicando que en el deporte se juega por ‘ganar o perder’ y en el toreo por ‘la vida o la muerte’, o con el espectáculo, explicando que mientras en el espectáculo se ensaya mecánicamente lo ensayado y es una ficción, en los toros la autenticidad es increíble.

“Tenemos que ser conscientes de que somos los depositarios del último gran rito de la civilización occidental. Debemos quererlo con amor y dejar a un lado los intereses personales para remar todos a favor de los toros, porque si nos los arrebatan por motivos económicos o políticos no nos lo permitiremos nunca”, zanjó en su pregón, invitando a los amantes taurinos a acudir a la Feria de San Pedro de 2022.

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