Diosleguarde y Hoyos cortan los trofeos y Guillermo triunfa sin espada en Toro
Tarde calurosa en la localidad zamorana de Toro que acogía la tercera semifinal, primera en formato de desafío ganadero, del Circuito de Novilladas de CyL.
Manuel Diosleguarde abrió el cartel ante un astado de Raso de Portillo al que de manera excesiva se le premiaría con la vuelta al ruedo. Lo recibió de manera lucida a la verónica, meciendo bien el capote y rematando el saludo en los medios ante un novillo que humillaba y repetía. Muleta en mano, se vino a menos el animal, más protestón y desluciendo la salida del muletazo. El joven salmantino estuvo dispuesto y muy firme, entendiéndolo y dejándole la muleta puesta para firmar muletazos de mayor calibre hasta el final. Finalizó por alto una faena que rubricó con una estocada y doble trofeo.
Al cuarto de la tarde, de Castillejo de Huebra, poco le pudo hacer el salmantino. De nuevo dispuesto y con entrega, sacó a base de oficio y experiencia lo poquito que tenía el astado. Justo de fuerzas y sin entregarse, Manuel tiró de él para sacarle algún muletazo. Finalizó en cercanías y paseó otra oreja.
Guillermo García firmó una tarde casi redonda de no ser por el mal uso de los aceros en sus dos novillos. Al primero de José Enrique Fraile de Valdefresno, un novillo de categoría que bien mereció la vuelta al ruedo, lo toreó por ambas manos de manera excelsa. Aprovechando la repetición, fijeza y humillación, elaboró una faena de mano baja, llena de temple y profundidad por ambos pitones que conectó rápidamente con los tendidos. Inteligente, encajado y templando mucho la embestida, cuajó el buen novillo salmantino. Tras un final muy torero por alto, el fallo a espadas le redujeron el premio en una oreja.
Ante el quinto de Galache, que pedía mucho mando y poder, consiguió de nuevo estructurar una faena de altas cotas. Tras el desconcierto y el susto a un monosabio en varas, el peligro sordo del animal lo redujo el joven de la escuela de Madrid, que a base de buena colocación, temple y acople, firmó una labor importante por ambos pitones. De nuevo el fallo a espadas le impidió tocar pelo.
Valentín Hoyos recibió al tercero de El Pilar demostrando sus ganas y actitud en la porta gayola. Ante un novillo noble, pero algo justo de fuerzas, lo entendió a la perfección el de la Alberca. De uno en uno y al natural, lo puso todo él, templando y firmando naturales de buen trazo muy despacio. Entendiendo la altura y distancia correcta, consiguió exprimirlo por ambos pitones dejando momentos de importancia y mucho gusto. Faena medida llena de actitud, pureza y acople. Finalizó por molinetes y dejó una estocada entera que le concedió el doble trofeo.
El sexto de José Cruzó cerró el festejo, un novillo ovacionado de salida por su buena presentación. Tras recibirlo bien a la verónica, vibraron los aficionados en un gran tercio de varas. No se entregó ni rompió el animal en las telas de Valentín, con medias embestidas y corto de recorrido. En novillero, lo quiso poner todo él, destacando los pases de pecho de principio a fin. Se metió en los terrenos de cercanías con mucho oficio y firmeza para intentar conectar con los tendidos. Manoletinas para finalizar una faena llena de disposición. El fallo a espadas le hizo dar la vuelta al ruedo sin trofeos.
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