Fernando Valera, un año como obispo de Zamora: “Me he sentido muy acogido”

El pasado 30 de octubre de 2020, el papa Francisco nombraba a Fernando Valera como obispo de Zamora. La ordenación episcopal y toma de posesión tuvo lugar en la catedral de Zamora el 12 de diciembre de 2020. Un año después, Valera atiende al gabinete de comunicación de la Diócesis de Zamora en el espacio dominical en COPE Zamora para hacer balance de este primer año al frente de la diócesis. Un balance que recoge zamora24horas.

“Ha pasado un año y solo tengo palabras de agradecimiento. El señor me ha concedido el don de la alegría y de la paz. Este ministerio es obra del espíritu y en eso estoy”, explica el prelado, que recuerda el paso de la Diócesis de Cartagena hasta Zamora: “Echo de menos esa invisibilidad que tenía en mi trabajo anteriormente. Pero con gozo he aceptado todo lo que supone el ministerio episcopal. Para mí es un encuentro como pastor en una acogida excepcional que estoy teniendo en la Diócesis de Zamora. Estoy muy contento”.

El obispo de Zamora echa la vista atrás un año y recuerda las primeras impresiones que tenía antes de recalar en la diócesis: “Antes de venir me informé y me llamó mucho la atención una cierta desesperanza que percibía ante la realidad y ante el futuro. Es un reto el ser un hombre de esperanza. Ir escuchando como era llamado a una iglesia milenaria y con tantas raíces cristianas y doy fe de esas hondas raíces y de su gente. El señor desde los primeros instantes me llamó a vivir esa esperanza en la caridad en la fe y en esa raíz que está profundamente introducida en la Diócesis de Zamora”.

El objetivo desde su llegada lo tiene claro: “Poner a la diócesis en servicio a esta sociedad y a esta cultura. Todo lo que somos y lo que tenemos está al servicio de esta ciudad que peregrina en Zamora”.

Sobre su acogimiento en Zamora por parte de los agentes sociales, el obispo se muestra satisfecho: “Hay sus reticencias en algunos aspectos pero políticamente me he sentido muy acogido en las pocas iniciativas que hemos tenido, y culturalmente siempre hay receptividad en los medios, política, sindicatos… En los encuentros de amistad social que hemos tenido me han transmitido mucho calor”.

Una de las preocupaciones para Fernando Valera es la sostenibilidad de la Diócesis de Zamora. Para ello tiene claro qué hay que hacer: “Tenemos que asumir nuestro tamaño como iglesia y las obras que tengamos que sean las que necesita la iglesia de Zamora. Alguna de las cosas que tenemos hay que ponerlas en funcionamiento para que tengan otro servicio para que puedan reportar alguna ayuda. La despoblación supone una merma de ingresos y tenemos que pensar que el futuro lo tenemos que encarar con los medios que tenemos”. Y todo, según explica Valera, desde la transparencia: “Metodológicamente todo lo que somos y todo lo que hacemos tiene que ser transparente, nuestro modo de servir, de administrar, nuestras relaciones… Todo eso va a suponer cambios, sobre todo cambios interiores, pero no hay más camino que ser transparentes en el siglo XXI”.

Precisamente en ese punto de transparencia se crearán espacios seguros para impedir que sucedan casos de pederastia, que tanto están persiguiendo a la iglesia universal en los últimos años: “Es en el marco de la transparencia, de la claridad y sobre todo que nosotros tengamos espacios seguros, quien venga a cualquier instancia de la iglesia nosotros tengamos garantizada esa seguridad. Hemos mandado a un grupo de gente a formarse en la Universidad Pontificia de Comillas sobre estos temas. Todo eso hay que llevarlo a la diócesis e ir implementando la prevención y un cuidado especial de los más vulnerables”.

Por último, también anunciaba que en breve se creará un consejo de laicos dentro de la diócesis: “Crearemos un consejo de laicos y será una instancia de dialogo, de discernimiento, de búsqueda en común, de tomar decisiones, de gobernar en común esta iglesia y ese es mi interés”, zanjaba.