La improvisación fue la invitada a la velada del sábado por la tarde en el Ramos Carrión. Improvalladolid reventó la cuarta pared para hacer a los zamoranos participes de una noche inolvidable en el que la improvisación se puso al servicio del arte, del humor y, por encima de todo, del público. 

Las tablas del Ramos fueron testigo de la frescura, la diversión y las historias narradas en un show que seguro será recordado por todos los asistentes y su memoria será además el único testimonio de un espectáculo tan cambiante como único. 

 

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