Jesús en su Tercera Caída, la Hermandad del recuerdo eterno

Como cada Lunes Santo, el raso blanco y negro se han eregido como recuerdo de aquellos que ya nos están sabiendo que, la muerte no es el final. 

 IMG 1775 (Copy)
IMG 1775 (Copy)

La lluvia respetó el sentir zamorano en la tarde de Lunes Santo. El reloj estaba a punto de marcar las ocho y media de la tarde y los paraguas más osados copaban las calles. Pero no, este no iba a ser año de lloros y decepciones, este era un Lunes Santo de salir a las calles y seguir cumpliendo años en hermandad.

Los primeros hermanos hacían fila desde las siete de la tarde, y el templo de San Lázaro se abría a unos pocos para desfilar. Un desfile en el que procesionaban los abrazos, las sonrisas y emociones contenidas de, un año más, encomendarse a su Cristo y a su Virgen de la Amargura. Momentos de alegría que se convertían en nerviosismo a medida que pasaban los minutos.

"Que se abran las puertas". La luz natural comenzaba a llenar el templo y los hermanos, ya colocados, emprendían su camino al son de las cornetas. Lunes Santo se hacía sentimiento en las calles de Zamora al son de las marchas de la banda de la Hermandad y aquellas que acompañaban cada paso.

Paso firme también llevaban los hermanos buscando el final en la Plaza Mayor. Un antagonismo de dudas, entre el momento más emotivo del desfile, y el tener que despedir la emoción hasta el próximo año. Pero como bien dice el refranero popular, lo bueno se hace esperar.

A la Hermandad le aguardaba un epicentro zamorano abarrotado hasta la bandera por centenares de ciudadanos que no querían perderse ese momento mágico. 'La muerte no es el final' fue la única que se atrevió a romper el silencio de una tarde de recuerdos y encuentros para seguir escribiendo capítulos de una Hermandad que goza de buena salud para seguir cumpliendo años. 

Si quieres disfrutar de la galería de imágenes pincha aquí.




Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios

Lo más leído