Hace dos semanas, concretamente el 18 de febrero, la Real Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias celebraba su asamblea general, donde se abordaron temas como la implantación de un abrigo para las damas, que no salió adelante; el cambio de medalla para la Semana Santa de 2025, con un coste de seis euros por hermano; y el nombramiento de Jonathan Rodríguez como nuevo barandales de la Cofradía.
Un relevo que llega tras la triste pérdida de Nicanor Fernández y que coge este zamorano de 37 años de edad, preparado para afrontar cualquier tipo de reto: “De momento solo soy barandales de esta, pero no descarto que me toque alguna más”, expresa Jonathan.
Una propuesta que llegaba a través de Luis Fernando García, presidente de Capitonis Durii, secretario de la Cofradía y pregonero de la Semana Santa 2024, hace un mes y medio tras ser hermano durante once años: “Quedé con ‘Luisfer’ en la sede de Capitonis Duris y cuando llegué me dijo que probara la campana. No me creía lo que me estaba diciendo, las estuve probando y adjudicado. No me esperaba nada”, afirma.
A partir de este momento, mucho entrenamiento y preparación para llegar de la mejor manera posible a las 23.00 horas del Viernes Santo: “Empecé a entrenar después de Carnavales y hasta hoy. Suelo entrenar los días que no ensayo con el Vía Crucis y en casa me echan la bronca si resuenan las campanas”, asiente.
“Mucha gente me mira, me paran y me dicen que lo hago bien, me preguntan si soy el barandales…" - Jonathan Rodríguez.
El aparcamiento de la Ciudad Deportiva y la zona del río suele ser el lugar del recorrido, que suele durar una hora y media y que, obviamente, levanta expectación: “Mucha gente me mira, me paran y me dicen que lo hago bien, me preguntan si soy el barandales… Genera expectación, sí”, manifiesta.
Pero el interés viene de pequeño cuando subía a buscar a su madre, a su hermana y a sus tías y familiares: “Recuerdo bajar de pequeño para casa, coger dos objetos y hacer de barandales. Es algo que llevas dentro”, afianza.
Y los hermanos de la Cofradía, por supuesto, le aconsejan sobre una tarea que no es fácil de acometer: “Me dicen que esté tranquilo, que lo voy a hacer bien, que no mire al suelo y que es muy sacrificado. Pero voy a poder, claro, aunque cada día que pasa estoy más nervioso”, sostiene sobre un ejercicio 'complejo' y donde cada campana pesa cuatro kilos.
Menos de un mes para su comienzo y Jonathan ya se imagina su recorrido: “Me veo por la calle del Riego, por San Torcuato, por Santa Clara… Es muy emocionante. Me veo muy motivado, muy preparado y esperando a que llegue el Viernes Santo”, concluye el nuevo barandales de Nuestra Madre de las Angustias.
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