Jesús de Luz y Vida celebró su asamblea general ordinaria en un día muy triste para la Cofradía por el fallecimiento, el día anterior, del que fuera presidente de la hermandad, Miguel Ángel Regueras. Con un emotivo recuerdo, no sólo al ex presidente, sino a los hermanos fallecidos este último año entre los que destacaban María Francia, que fue fundadora de la hermandad o Teresa Mulas, viuda de Hipólito Pérez Calvo.
Medio centenar de hermanos estuvieron presentes en una sesión ordinaria en la que la directiva apostó por seguir con una de las ideas que puso en funcionamiento la anterior directiva con Miguel Ángel Regueras a la cabeza, sacar a las calles la Cruz de los Ausentes de Coomonte.
El nuevo presidente, Israel López Campos, que presentó a su Junta Directiva, dio cuenta del número de hermanos que actualmente hay en la cofradía, un total de 669, un número bastante alejado de los momentos de mayor esplendor de Luz y Vida pero que invitan al optimismo después de unos años en los que la afluencia de hermanos a la procesión ha sido bastante baja. En ello trabajan desde hace años, con diferentes campañas, en Luz y Vida y van a seguir haciéndolo en los próximos años.
La Asamblea aprobó que la hermandad llevara a cabo un cambio en el cordón, pasando del oro a un cordón blanco y amarillo que permita mejorar la situación de la secretaría de la hermandad con un coste menor que con un cambio de medallón y así actualizar el censo de hermanos.
A la asamblea llegaron las cuentas de los años 2013, 2014 y 2015, quedando todas ellas aprobadas por unanimidad en una votación que no estaba en el punto del día y que permite que poco a poco vaya a regresando a la normalidad la hermandad tras varios años de travesía en el desierto.
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