Manín, nuevo abad del Espíritu Santo: “Queremos recuperar la esencia de la hermandad”

Manuel Cardo Moldón, 'Manín', ha sido elegido nuevo abad de la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Espíritu Santo con 153 votos frente a 116. En su primera entrevista, destaca su compromiso con la hermandad y su objetivo de recuperar la esencia y participación activa de todos los hermano

Manín, nuevo abad del Espíritu Santo
Manín, nuevo abad del Espíritu Santo | María Lorenzo

Manuel Cardo Moldón, más conocido como 'Manín', ha sido elegido nuevo abad de la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Espíritu Santo tras imponerse en las elecciones del pasado 4 de octubre a Antonio de la Higuera Sampedro con 153 votos frente a 116. De los 274 hermanos que participaron, hubo cuatro votos en blanco y uno nulo. Este resultado abre una nueva etapa para la cofradía, con un mandato marcado por la participación, la juventud y la recuperación de la esencia que ha caracterizado a esta hermandad zamorana.

En su primera entrevista tras conocer el resultado, Manín explicó que su decisión de dar el paso al frente no fue individual, sino fruto de un trabajo colectivo con un equipo de personas con experiencia y mucha ilusión. “Somos un grupo con experiencia y gente muy joven. Queremos muchísimo la hermandad y vimos la oportunidad de mejorar un poquito la forma en la que trabajaba”, señaló. Para él, la motivación no era solo asumir un cargo, sino colaborar con un equipo que comparte la misma visión: revitalizar la hermandad y mantener viva la participación de todos los hermanos.

Su historia con la Hermandad del Cristo del Espíritu Santo se remonta a su juventud, cuando comenzó a involucrarse junto a un grupo de amigos. “Surgió con mis amigos, todos más jovencitos. Bajábamos al huerto con una ilusión impresionante y participábamos en todo: el coro, el campanil… Poco a poco nos fuimos metiendo en todo lo que se podía en la hermandad”, recuerda. Aquellos años marcaron su vida y le permitieron vivir de cerca la esencia de la cofradía, una experiencia que ahora quiere transmitir a las nuevas generaciones. “Esa ilusión que teníamos entonces es la que queremos recuperar hoy y que así la sientan los más jóvenes”, añade.

Sobre la labor de sus predecesores, Manín se mostró respetuoso y consciente de los desafíos del cargo. “Cada abad ha intentado hacer lo mejor por la hermandad, con sus aciertos y sus errores. Lo importante es el cariño y la ilusión con la que se trabaja”, afirmó. Para él, cada etapa ha dejado su huella positiva, y ahora le toca a su equipo continuar esa labor y buscar mejoras sin romper la tradición.

Manín destaca que su mandato se centrará en mantener la hermandad activa y participativa durante todo el año, no solo en los días centrales de la Semana Santa. “Queremos recuperar esa esencia que se ha ido perdiendo, que nosotros vivimos con tanta ilusión. Llenar el huerto, participar en actividades durante todo el año, no solo el Viernes de Dolores”, explica. Para él, la presencia constante de los hermanos es clave para fortalecer los lazos de comunidad y garantizar que la hermandad siga siendo un referente para toda la ciudad.

Además, subraya la importancia de implicar a las nuevas generaciones, asegurando que los jóvenes mantengan viva la cofradía en el futuro. También anunció que revisarán aspectos de los estatuto, ya que no han cambiado desde 2011 con el objetivo de introducir mejoras progresivas que modernicen la organización y las actividades sin perder la identidad y la tradición que caracteriza a la hermandad.

Sobre el nuevo museo de Semana Santa, Manín destacó la importancia de una visión global para la ciudad y las cofradías. “El museo es fundamental para el crecimiento de la Semana Santa. Todas las cofradías deben participar y trabajar juntas. Va a ser lo mejor que le puede pasar a la Semana Santa zamorana”, aseguró, mostrando su disposición a colaborar para que el proyecto contribuya al fortalecimiento de la Semana Santa en su conjunto.

El nuevo abad reconoció que asumir el cargo supone un reto personal y colectivo, y confesó sentirse emocionado y responsable. “Lo vivo con muchísima ilusión y responsabilidad. Nunca pensé que llegaría a ser abad, y ahora con mi equipo y los proyectos que tenemos, quiero hacer todo lo posible por la hermandad”, concluyó. Para él, esta nueva etapa representa también la oportunidad de reforzar la identidad de la hermandad, devolverla a sus raíces y asegurar que siga siendo un referente de participación y comunidad en la Semana Santa zamorana.

Con estas premisas, la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Espíritu Santo inicia un nuevo capítulo, enfocado en el diálogo, la cercanía entre hermanos y la revitalización de la esencia que hizo emblemática a esta cofradía, en la que tradición, juventud y participación se entrelazan para garantizar su continuidad en el tiempo.

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