Lo bueno se hace esperar y eso es exactamente lo que ocurrió ayer con la primera actuación musical itinerante de Galería Viva. Miguel Ángel García, percusionista natural de Zamora, ofreció ayer la primera actuación de su particular gira. Una sucesión de actuaciones nómadas que ayer comenzaban a las diez de la noche en un punto que nadie sabía y que finalmente se descubrió que la Plaza de San Ildefonso fue el escenario escogido.

Pero la noche vino cargada de emociones. El planteamiento principal de la actuación era el transporte musical mediante una furgoneta, la ‘Music Track, pero esta, anoche, se quedó sin batería, y produjo un retraso en la actuación. Pero no fue lo único que ralentizó la actuación. Todo melómano sabe que los batería son los últimos en recoger. El montaje de todos los elementos visuales y acústicos les llevó más tiempo de los que esperaban.

“Sentimos el retraso, pero hoy era un día de prueba, para ver errores y maneras de solucionarlos”, con estas palabras Miguel Ángel García dio comienzo a la actuación. En los primeros segundos de actuación, el medio centenar de zamoranos presentes fue consciente de que la espera había merecido la pena. Sonidos de batería y xilófono en las primeras piezas que se dibujan en las paredes de la Plaza de San Ildefonso gracias a un proyector instalado.

Las piezas musicales se fueron sucediendo. Un trabajo meticuloso por parte del músico que trascribió partituras y obras muy reconocidas, concebidas para instrumentos de viento y que de esta manera pudiesen ser tocadas en percusión. Tras esta primera toma de contacto, el jueves y el viernes Miguel Ángel García tendrá la oportunidad de demostrar el encanto de su música en movimiento.

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