Momentos de tensión los vividos en la plaza de la Catedral durante el cocnierto de Lucía Gonzalo, antes de que actuara el Grupo de Coros y Danzas de Doña Urraca, una tensión que hizo pública Miguel Santos, director del grupo, antes de empezar su actuación.
El primer grupo en actuar fueron los madrileños Ursaria, momento en el que el aforo de la plaza de la Catedral se llenó, lo que obligó a algunos padres de integrantes de Doña Urraca a esperar a que hubiera sitio, lo que hizo que, fuera de las vallas, esperaran una decena de personas. A medida que avanzaba el concierto de Ursaria y, especialmente cuando iba a comenzar el suyo Lucía Gonzalo, comenzaron a quedar huecos libres pero la organización no permitía entrar a nadie puesto que esas sillas no se podían usar al no estar desinfectadas.
Mientras se acercaba el momento de la actuación de Doña Urraca y la decena de personas que esperaban fuera se convertía en medio centenar, se vivió el mayor momento de tensión entre los voluntarios de la organización, la seguridad y algunos de los que esperaban tras las barras, incluso con algún improperio, lo que hizo que tuviera que acudir al lugar la Policía Municipal.
Fue entonces cuando comenzó la actuación Doña Urraca con el monumental cabreo de Miguel Santos: "Es una vergúenza estar tocando un lunes para la plaza medio vacía y que haya gente fuera" señalaba el director del grupo de coros y danzas mientras recibía los aplausos de una parte de los presentes. Santos decía haber perdido la ilusión con la que había trabajado el último mes porque "la persona que ha realizado los nuevos trajes no podrá verlo" y porque tras un año sin actuar "la gente tenga que quedarse fuera".
Miguel Santos incluso llamó al concejal de Cultura del Ayuntamiento de Zamora antes de actuar para intentar solucionar el problema, algo que también se hizo desde la organización del evento. Finalmente, a mitad de la actuación de Doña Urraca, con la mediación de la Policía Municipal quien, incluso, tuvo que pedir momentos antes a las personas que esperaban fuera, que tuvieran la separación de metro y medio entre ellos, los familiares que aguardaban tras las vallas pudieron entrar en el recinto y vivir el final de la actuación.