Fernando Valera, obispo de Zamora, ha aportado nuevos datos sobre el futuro museo de tapices cuya idea empezó a gestase allá por el mes de enero. Y es que, según indica el prelado, al verse obligada a cerrar el Palacio Episcopal por un problema estructural, la diócesis valoró la posibilidad de reconvertir este edificio en un espacio expositivo que diera una solución integral a la exposición de los extraordinarios tapices que, a día de hoy, se muestran en la catedral. Monseñor Valera indicó que en la diócesis de Zamora “tenemos algunos de los tapices más importantes del mundo” y dado que en la actualidad no hay posibilidad de disfrutar de toda su belleza, “la sociedad de Zamora merece que pongamos en valor lo que tenemos”. Por todo lo anterior ya se está diseñando un proyecto que quiere mostrar la magnífica colección integrada por algunos de los tapices más valiosos del mundo.
En este momento solo hay conversaciones, pero todo apunta a que las instituciones verían con buenos ojos esta iniciativa que redundaría en el beneficio de la provincia. Sería un edificio moderno y plenamente adaptado para la exposición de un patrimonio que, a día de hoy, no se puede disfrutar en todo su esplendor por las limitaciones físicas del museo en el que se expone. Se busca por tanto una nueva ubicación más versátil, también orientada al encuentro cultural, tal y como ha indicado el obispo. En este momento los técnicos están trabajando para ver cómo se presentaría la información de cada tapiz y cuál sería la propuesta pedagógica que abarcase cada una de las piezas a exponer. “Son tapices de una belleza enorme y contamos para esta iniciativa con el edificio civil más importante de la diócesis” para darle de esta manera un lugar digno en el que puedan ser admirados tal y como se merecen, añadió Monseñor Valera.
En otro orden de cosas, el obispo también ha reconocido que se está estudiando la posibilidad de mostrar los documentos puesto que la diócesis cuenta con un importante fondo bibliográfico. Son, reconoció Fernando Valera, “pasos ilusionantes” que demuestran que “la iglesia esté al servicio de la sociedad. La evangelización se hace siempre a través de la cultura”. La opción en este momento de la iglesia local es que “lo que somos y tenemos se pueda contemplar y disfrutar”.
Otra de las bondades de esta propuesta es abrir la antigua casa del obispo a los zamoranos, unas dependencias que desde hace más de 50 años no se usan porque el obispo vive en un edificio adyacente. Desde ahí se podría disfrutar de las maravillosas vistas que proporciona la balconada de la planta alta. “Merece la pena que un zamorano pueda disfrutar de este espacio, además de que sería un revulsivo para la provincia” afirmó Fernando Valera. Con proyectos así, la Iglesia quiere colaborar al desarrollo de nuestra provincia. Este proyecto junto al de semana santa tienen que ser dos revulsivos que dinamicen la ciudad de Zamora, a juicio del prelado.
El palacio episcopal podría ser también un espacio para cultivar la amistad social con conciertos, conferencias y actividades culturales de diferente signo, propuestas que convivirían con la identidad original para el que fue creado el edificio: la de ser casa del obispo para recibir, encontrarse con instituciones, personas, etc.
El obispo apuntó también que desde la diócesis se están valorando otros proyectos como el de la visita a las cubiertas de la catedral o a la torre del Salvador, así como la creación de itinerarios artísticos en diferentes puntos de la extensa geografía diocesana.
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