La Pasión de los niños

Las miradas de sorpresa, de asombro, de alegría, de ilusión. Las miradas claras a Jesús, a su pollino, a los acordes de la banda de música y el alma pura de quien se acerca por primera vez a la Semana Santa.

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La Borriquita (14)
La Borriquita (14)

La Semana Santa para muchos zamoranos empieza un Domingo de Ramos. Ese en el que alguien te cogió de la mano, te llevó a comprar una palma, la más grande que había aunque después tengan que ayudarte durante el recorrido. Un pantalón nuevo, un jersey, hoy bien peinadito. Y a la procesión. En la acera estará toda la familia. Mira, ese es Jesús. El sonido de las cornetas, imitar como se toca una caja. Ir hasta el Museo. La Semana Santa ya está dentro de un zamorano más.

Se baten las palmas entre un jolgorio de niños que van de la mano de sus padres, de sus abuelos, de sus tíos o padrinos, incluso de sus hermanos. Se baten esas palmas que serán la primera cruz de muchos penitentes, la primera vara, el primer desfile.

El Domingo de Ramos, el que no estrena, no tiene manos. Lo dice el refrán y lo llevan a rajatabla las familias zamoranas. Es un día de gala porque Jesús ha llegado a la ciudad y por eso se sacan del armario los trajes aún sin estrenar, las últimas adquisiciones, es día grande en la capital. Junto a las palmas que no dejan de bambolearse al ritmo de las marchas, una vaivén asincrónico pero bello, las ramas de laurel del pueblo más llano.

La Borriquita (20)
La Borriquita (20)

Poco hay más zamorano que este Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén: montado en un borrico como tantos zamoranos hicieron largos viajes a la huerta, a la viña, a las ferias o al pueblo de al lado; una rama de laurel y un pollino con el que juega un niño. Una estampa que podría haber pintado Ricardo Segundo per que salió de la gubia de Florentino Trapero.

Aguardan nerviosos los chiquillos en la Plaza de Viriato a que asome junto al Etnográfico un sinfín de cofrades de raso rosa, un incensario y una borrica para poder levantar sus palmas y proclamar que está en la ciudad.

Zamora muestra, para deleite del de fuera, lo mejor de su modernismo al paso de La Borriquita. Un despliegue por Sagasta, San Torcuato, Alfonso IX o Santa Clara bajo el bullicio y la alegría.

¡Cuánto tiempo ha pasado sin escuchar las cornetas de la Banda Ciudad de Zamora! Esta Semana Santa uno va desbloqueando recuerdos que no se han ido y que están debajo de la piel, como tatuajes invisibles que no se borran.

GALERÍA | Pincha aquí para ver la galería de la Real Cofradía de Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén

Vídeo resumen de La Borriquita 2022

 

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