Los 'Pequeños Guardianes' descubren el legado de Ramón Álvarez y la Tercera Caída

La Asociación Cultural Jesús en su Tercera Caída reúne a decenas de niños en una actividad que combina historia, arte y devoción en el corazón de Zamora

Imagen de la actividad
Imagen de la actividad

La Asociación Cultural Jesús en su Tercera Caída ha celebrado durante los dos últimos fines de semana el taller infantil “Pequeños Guardianes del Legado de Ramón Álvarez y de la Tercera Caída”, una entrañable iniciativa destinada a acercar a los más pequeños la figura del gran imaginero zamorano Ramón Álvarez y la historia de la Hermandad de Jesús en su Tercera Caída, entidad colaboradora del proyecto.

El taller, concebido como una experiencia educativa y lúdica, fue un rotundo éxito de participación, lo que llevó a la organización a ampliarlo en dos jornadas consecutivas para dar cabida a todos los niños y niñas interesados.

Un viaje por la historia y la devoción zamorana

La jornada comenzó en la Iglesia de San Lázaro, donde Óscar Antón, cicerone de la actividad, dio la bienvenida a los pequeños y ofreció una explicación amena sobre las imágenes de Jesús en su Tercera Caída y la Virgen de la Amargura.

El recorrido continuó hasta la Casa de Hermandad, auténtico corazón de la vida cofrade, donde los participantes conocieron de cerca las labores de organización y gestión, además de descubrir las varas procesionales, las cruces pectorales diseñadas por José Luis Alonso Coomonte y escuchar al responsable de la Banda de Clarines y Tambores, que les explicó la historia y funcionamiento de la formación musical.

El sonido de los tambores marcó el paso de la comitiva por la calle Puebla de Sanabria hasta la histórica farmacia del Riego, donde se encontraba el taller original de Ramón Álvarez, cuna de algunas de las obras más emblemáticas de la imaginería zamorana. Allí, los niños conocieron anécdotas y curiosidades sobre el genial escultor.

El itinerario prosiguió por el Arco de Doña Urraca hasta la Plaza de Santa María la Nueva, donde el Barandales de la Hermandad recibió a los pequeños con su inconfundible toque de esquilas, llenando la plaza de emoción. Tras la tradicional foto de grupo, el recorrido continuó hacia la Iglesia de Santa María la Nueva, donde pudieron admirar la sobrecogedora obra “La despedida de Jesús y su Madre” y las cruces creadas por Coomonte.

La comitiva infantil, encabezada por el Barandales y los hermanos de la banda, culminó en la Iglesia de la Encarnación, donde se vivió uno de los momentos más emotivos del taller. Allí, Óscar Antón ofreció un relato sobre la vida y legado de Ramón Álvarez que culminó con una teatral “aparición” del propio imaginero, quien, en un gesto simbólico, respondió a las preguntas de los niños e invitó a todos a “cuidar y proteger su obra durante los próximos 200 años”.

Un cierre lleno de emoción y gratitud

Como recuerdo, cada participante recibió un cuaderno para colorear de la Hermandad. La jornada concluyó junto a la estatua de Viriato, obra del discípulo de Álvarez, Eduardo Barrón, donde la Banda de Clarines y Tambores interpretó con gran emoción “La muerte no es el final”, poniendo el broche a una experiencia que unió historia, arte, fe y tradición.

Desde la Asociación Cultural Jesús en su Tercera Caída se ha querido expresar el agradecimiento a todas las personas e instituciones colaboradoras, entre ellas Óscar Antón, Eloy Tomé, Antonio Crespo, el Barandales de la Hermandad, la Banda de Clarines y Tambores, la Parroquia de San Lázaro, la Diputación Provincial de Zamora, ZamorArte, Caja Rural de Zamora y la propia Hermandad de Jesús en su Tercera Caída.

Con actividades como esta, la asociación y la hermandad reafirman su compromiso con la transmisión de la fe, la cultura y las tradiciones de la Semana Santa zamorana, acercando a las nuevas generaciones el legado espiritual y artístico que distingue a la ciudad.

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