La Cofradía de las Ánimas de San Atilano celebró en la tarde de este viernes la tradicional procesión en homenaje y recuerdo a las almas que descansan entre los muros del cementerio municipal. Un recorrido que este año se ha librado del castigo de la lluvia.
Este aspecto, sumado a las agradables temperaturas,se ha traducido en más de un centenar de fieles que se acercaron hasta el camposanto para recorrer sus calles mientras se realizaba el rezo del Rosario. El sonido del crepitar de teas y la oscuridad de la noche zamorana, llenaron de recogimiento este acto tradicional de la capital.
Jesús de Luz y Vida este año no aguardaba en la capilla de San Atilano si no que, junto al pequeño Cristo de la misma capilla, flanqueba la entrada de San Atilano. Los fieles alumbraron la noche del Día de Difuntos poniendo fin a la festividad religiosa que comenzó el pasado miércoles con el Día de Todos los Santos.
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