La Unidad Pastoral El Buen Pastor ya es una realidad

La nueva Unidad Pastoral El Buen Pastor, que incorpora a las parroquias de S. Torcuato, S. Vicente, S. Juan, S. Ildefonso y Santa María de la Horta, abarca una población civil de unos 15.000 habitantes.

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En la mañana de este domingo 13 de enero de 2019, cumpliendo con el procedimiento que el Derecho Canónico establece y por indicación de D. Gregorio Martínez, Obispo de Zamora, el Vicario General de la Diócesis, D. José Francisco Matías, ha presidido en la Parroquia de Santa María de la Horta la eucaristía en la que han tomado posesión los sacerdotes de la Unidad Pastoral El Buen Pastor.

La nueva Unidad Pastoral El Buen Pastor, que incorpora a las parroquias de S. Torcuato, S. Vicente, S. Juan, S. Ildefonso y Santa María de la Horta, abarca una población civil de unos 15.000 habitantes y responde a la búsqueda de nuevas fórmulas pastorales para dar mejor respuesta a las necesidades de las comunidades cristianas que, a partir de este momento, empiezan a caminar de manera coordinada.

En la diócesis se viene trabajando en esta clave pastoral desde hace años. Son muchas las parroquias que ya funcionan desde este formato y, con la constitución canónica de las parroquias del Centro en esta nueva Unidad, parece que el camino a seguir pasa necesariamente por esta manera de organizar la pastoral diocesana.

En la homilía, D. José Francisco Matías, Vicario General de la diócesis, afirmó que “la nueva estructura eclesial tiene que ayudar a descubrir a Dios, a comprometernos con la causa de Jesús y a vivir la fe y hacer comunidad en un momento en el que el Reino de Dios se aleja de los hombre”. Añadió que “esta nueva comunidad ha de estar atenta al Espíritu que sabrá guiar nuestros pasos”. En varias ocasiones apeló a que todos los miembros de esta nueva estructura son corresponsables y necesarios para responder a los nuevos tiempos de indiferencia, falta de compromiso, nostalgia o costumbrismo y “todo esto hacerlo desde la alegría de vivir en una comunidad amplia, con alicientes esperanzadores y vitalistas”.

Matías terminó su homilía invitando a todos a recuperar la convicción de saberse sujetos de gracia y agentes de evangelización para vivir el futuro con esperanza y comprometidos.

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