Zamora es una tierra en la que el arte del toreo tiene cierta raigambre. Pero quizás, más allá de que la afición a las corridas de toros con matadores tienen su lógico seguimiento, es en el arte del rejoneo donde gran parte de la afición taurina zamorana se siente más entregada. Y este domingo volvió a quedar patente.
La corrida de rejones suponía el segundo de los tres festejos taurinos del abono de las Ferias y Fiestas de San Pedro, y pese al calor y a la atípica jornada electoral que en algunos casos obliga a ciudadanos de la capital a acudir a sus pueblos de origen a votar, la plaza lució una muy buena entrada. No obstante, el cartel así lo demandaba. Y es que la presencia de los caballeros Rui Fernandes, Diego Ventura y Leonardo Hernández, con toros de Conde de Cabral, olía a posible éxito.
Un éxito que Ventura se encargó de corroborar. Tarde monumental la del rejoneador de La Puebla del Río que desorejó al primer morlaco y se llevó tres trofeos del segundo toro. En total, cuatro orejas y un rabo para una faena deslumbrante que hizo disfrutar a un respetable que se marchaba de la Plaza de Toros siendo consciente que hacía muchísimo tiempo que no paladeaba ese nivel de rejoneo en la capital zamorana.
A Ventura la acompañó por la puerta grande Rui Fernandes, que tocó pelo tanto en el primero como en el segundo de su lote para sumar dos orejas que le permitían salir a hombros. Peor tarde tuvo Leonardo Hernández, que tras el buen sabor de boca que dejó en la feria del año pasado, esta vez no estuvo tan inspirado y tan solo pudo pasear una oreja del primero de sus toros. En el segundo tuvo que conformarse con una ovación.
Con todo, los dos primeros festejos taurinos se cierran con cinco puertas grandes, de seis posibles, y a la espera de la tercera gran corrida. La que el miércoles mostrarán Cayetano, López Simón y Clemente.
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