El camposanto zamorano recibía de nuevo este martes 2 de noviembre la tradicional procesión de la Cofradía de las Ánimas de San Atilano. Acto emotivo que cada año honra la memoria de todos aquellos que ya no están y que se realiza a través de las calles del cementerio de la capital.
Los presentes llegaban al lugar con la mirada puesta en un cielo que en el arranque de la tarde dejó precipitaciones en la capital, aunque finalmente respetó la celebración de un acto donde las emociones estuvieron a flor de piel a lo largo del recorrido por los diferentes puntos del cementerio.
El camino volvía a hacerse tras la ausencia del año 2020 a causa de la pandemia, recuperando una cita llena de emociones y emotividad, donde el rezo del Rosario durante la procesión era el único eco en una atmósfera cargada de pasión y recuerdos, reazando por las almas de los zamoranos que reposan en las tumbas y nichos.
Las velas recorrieron los diferentes caminos del cementerio de San Atilano, alumbrando los pasos de unos fieles que volvían a celebrar uno de los puntos centrales de la Cofradía de las Ánimas y donde, cuatro de ellos, portaban la imagen del Cristo del Perdón tallada por José Cifuentes Esteban en el año 1787.
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