VÍDEO | Las Edades del Hombre en Zamora: un viaje artístico y espiritual por los caminos de la esperanza

Las Edades del Hombre viven este jueves su puesta de largo con la inauguración de la muestra

Inauguración de Esperanza, la muestra de Edades del Hombre en Zamora
Inauguración de Esperanza, la muestra de Edades del Hombre en Zamora | María Lorenzo

La nueva edición de Las Edades del Hombre, que este año tiene como sede principal la ciudad de Zamora, se articula como un recorrido artístico, teológico y simbólico en torno a un hilo conductor universal: la esperanza. El comisario científico de la muestra, Sergio Pérez, ha explicado los detalles de un proyecto que combina la profundidad del mensaje espiritual con una cuidada selección de obras inéditas y un innovador montaje tecnológico que marca un nuevo paso en la evolución de la Fundación.

La exposición se desarrollará fundamentalmente en dos templos: la iglesia de San Cipriano y la Catedral de Zamora, a los que se sumará una tercera sede dedicada al ámbito educativo y divulgativo.

“San Cipriano, uno de los templos más antiguos de la ciudad, será el punto de partida, el preludio o prólogo de la exposición”, explicó Pérez. “En él se presentarán las ideas fundamentales que vertebran el concepto de la esperanza, que se desarrollará después con mayor amplitud en la Catedral”.

Un discurso en movimiento: del preludio al peregrinaje

La muestra invita al visitante a realizar un auténtico itinerario espiritual. Desde San Cipriano hasta la Catedral, el recorrido está concebido como una peregrinación de la esperanza, en sintonía —recordó Pérez— con el espíritu que propone el papa Francisco: “ser peregrinos de la esperanza”.

“Queremos que el visitante experimente ese caminar desde San Cipriano hacia la Catedral como un tránsito interior, descubriendo distintos aspectos de la esperanza: en nuestra vida, en la trascendencia y también en la realidad cotidiana de nuestra provincia”, detalló el comisario.

En la Catedral de Zamora se concentra el grueso del discurso expositivo, estructurado en tres grandes momentos o capítulos, cada uno dividido en tres movimientos. Este esquema, elaborado por el guionista de la muestra, busca ofrecer un recorrido claro y simbólico que ayude a comprender las múltiples dimensiones de la esperanza.

Noventa obras y un patrimonio compartido

La exposición reúne aproximadamente 90 piezas, distribuidas entre las dos sedes principales. De ellas, unas seis o sietese ubicarán en San Cipriano, mientras que el resto se exhibirá en la Catedral. Pérez destacó que las primeras piezas, las que se mostrarán en San Cipriano, conforman “un pequeño tesoro, una joya en sí misma”, ya que en ese reducido espacio estarán representadas seis diócesis de Castilla y León.

Las obras abarcan un arco temporal que va desde los siglos XI-XII hasta casi el XVI, sin presencia de piezas contemporáneas en este primer ámbito.

“El montaje en San Cipriano va a llamar la atención —añadió Pérez—. La Fundación se ha volcado en dar un paso más en lo tecnológico y en la contemplación de las obras. Quienes recuerden la edición de Remembranza en 2001 podrán apreciar los avances en más de veinte años”.

En la Catedral se presentarán unas 80 piezas, con especial atención a obras inéditas en el marco de Las Edades del Hombre.

“Nuestro patrimonio en Castilla y León es inagotable”, subrayó Pérez. “Eso nos ha permitido seleccionar piezas que no habían participado antes en otras ediciones, y también abrir la muestra al ámbito internacional, con una notable representación de Portugal, que ha contribuido con obras verdaderamente llamativas”.

Entre las piezas lusas, el comisario citó dos ejemplos destacados: un San Sebastián del Museo Nacional de Arte Antiga de Lisboa y un tríptico de grandes dimensiones sobre el Bautismo de Cristo, procedente de Santarém. “Ambas son piezas espectaculares que van a atraer la atención del visitante”, aseguró.

Obras maestras y diálogo entre estilos

A la hora de señalar las piezas más representativas del conjunto, Pérez reconoció la dificultad de elegir una sola obra como emblema de la esperanza. Sin embargo, destacó varios ámbitos especialmente significativos dentro del recorrido.

En la cabecera de la Catedral —un espacio que, según avanzó, “no vamos a reconocer tal y como lo recordábamos”— se expondrán esculturas procedentes de la capilla de los Condestables de Burgos, obras de Felipe Bigarny y Diego de Siloe, que calificó de “absolutamente soberbias”. Frente a ellas se ubicará una de las imágenes más queridas por los zamoranos, el Cristo de las Injurias, que actuará como contrapunto espiritual y emocional del conjunto.

Otro de los espacios que, en palabras de Pérez, será “muy sugerente”, es la capilla dedicada a la Anunciación, donde se reunirán tres versiones excepcionales del mismo tema: una Anunciación del Greco procedente del Museo de Bellas Artes de Bilbao, una Anunciación de Picasso llegada desde Barcelona y una Anunciación de la propia Catedral de Zamora. “Conforman un conjunto de una calidad inabarcable”, afirmó el comisario.

La diócesis zamorana también tendrá una presencia relevante con unas veinte piezas, entre las que se encuentra una Anunciación de piedra de la Colegiata de Toro, expuesta por primera vez gracias a las gestiones del equipo organizador. Además, se incluyen obras contemporáneas de artistas zamoranos como Antonio Pedrero, Sátur Bizán y Baltasar Lobo, que aportan una lectura moderna y local del mensaje de la esperanza.

Innovación y emoción: la realidad virtual

La muestra incorpora una instalación de realidad virtual concebida como un espacio de introspección. Situada en parte del claustro catedralicio y en los antiguos espacios del Museo Diocesano, la experiencia —de unos 10 a 15 minutos de duración— busca reflejar el modo en que la esperanza y la desesperanza acompañan al ser humano a lo largo de la vida.

“Cuando hablamos de virtualidad, hablamos también de vacío”, señaló Pérez. “Ese vacío se llenará de una experiencia sugerente sobre cómo entendemos la esperanza, también a la luz de los incendios de la Sierra de la Culebra, que tanto nos marcaron”.

El montaje propone una reflexión emocional sobre la pérdida, la resiliencia y la fe, vinculando el mensaje espiritual con las vivencias recientes de la provincia.

Un espacio para aprender y compartir

La tercera sede de Las Edades del Hombre en Zamora se centrará en la educación y la divulgación. Este espacio didáctico, coordinado por Juan Carlos López, desarrollará talleres y actividades pedagógicas dirigidas tanto a escolares como a familias.

Según avanzó Pérez, el planteamiento es “una síntesis del camino de la cruz a la resurrección”, donde se explicará a los visitantes que “el sufrimiento del hombre, a través de los crucificados actuales, adquiere sentido gracias a la resurrección de Cristo”. Las actividades, con un enfoque participativo, tratarán de ofrecer una respuesta comprensible y vivencial a la pregunta sobre qué significa la esperanza en el mundo actual.

Un proyecto coral al servicio del patrimonio

Sergio Pérez destacó también el carácter colectivo del proyecto, fruto de la colaboración entre la Fundación Las Edades del Hombre, la Junta de Castilla y León, el Obispado de Zamora y numerosas diócesis españolas y portuguesas.

“La Fundación ha creado una marca sólida que nos permite ampliar horizontes y enriquecer cada nueva edición”, afirmó. “Hemos querido que esta exposición, más allá de su belleza artística, sea un trayecto que invite a todos a convertirse en peregrinos de la esperanza”.

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