VÍDEO | Eterno recuerdo a Jerónimo Aguado: "Su cariño no se guarda en una placa, se guarda en el corazón"

La placa ha sido descubierta este sábado en la iglesia de San Cipriano

Actuación del Coro Sacro Jerónimo Aguado.

Jerónimo Aguado, fundador del Coro Sacro y del Coro del Yacente ya tiene su placa en pleno casco histórico de Zamora. La concejala de Cultura, María Eugenia Cabezas, junto con el presidente y el director del coro, Javier Gutiérrez y Pablo Durán, respectivamente, y el Hermano Mayor de Jesús Yacente, Dionisio Alba, descubrieron esta tarde una placa junto a la Iglesia de San Cipriano en homenaje a un sacerdote que jugó un papel muy importante en la educación musical, sin olvidar los valores que inculcó a generaciones de jóvenes que pasaron por sus manos.

La elección del templo no es casual. Se trata de uno de los más antiguos de la capital y en el que Aguado realizó su último ensayo, una iglesia que, además, acoge desde 1993 los ensayos del Coro Sacro, según explicó Pablo Durán, al tener “la mejor acústica”.El acto ha comenzado con una emotiva lectora del actual directo del coro del Yacente, Pablo Durán, quien visiblemente emocionado aseguró como: "Su cariño no se guarda en una placa, se guarda en el corazón"

Previamente al descubrimiento de la placa, Pablo Durán, visiblemente emocionado, recordó ante la familia de Jerónimo Aguado y cantores y excantores en distintas etapas, además de miembros del Coro del Miserere del Yacente y numeroso público, la figura de un sacerdote que “nos marcó el camino de todo lo que hoy hacemos”. La historia se forjó, dijo, con una Hermandad Penitencial, un salmo y un coro estable en 1978, con la incorporación de voces femeninas en 1980 y, al frente, hasta que la enfermedad le obligó a retirarse en 2001, Jerónimo Aguado, un hombre humilde y sencillo que “hoy queremos recordar con alegría”.

La edil de Cultura reconoció que la ciudad estaba “en deuda” con el fundador del Coro Sacro y resaltó el lugar elegido para colocar la placa, un rincón por el que siempre “pasan los cantores” antes de ensayar y que “siempre” les recordará a quien fue su maestro.

El sencillo homenaje culminó entre aplausos tras entonar miembros del coro el “Canticorum Iubilo”, de Haendel, uno de los temas corales más conocidos y un canto de “alegría y de júbilo”, tal y como procede tras el homenaje a Jerónimo Aguado, el hombre que dedicó su vida a la música.

Actuación del Coro Sacro Jerónimo Aguado.

Breve biografía de Don Jerónimo Aguado:

Don Jerónimo Aguado González (Arquillinos1921-Zamora 2003) fue sacerdote, canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Zamora, profesor de música y religión y fundador del Coro del Miserere de la Penitente Hermandad de Jesús Yacente y del Coro Sacro Zamora que hoy lleva su nombre.

Discípulo de Don Gaspar de Arabaolaza y Gorospe, con carácter afable, inquieto, meticuloso y perfeccionista, dedicó buena parte de su vida a la música, una pasión que le acompañó hasta el final de sus días y por la que será reconocido y recordado siempre.

En 1953 la Penitente Hermandad de Jesús Yacente le encarga la tarea de reunir voces masculinas suficientes para formar un coro e interpretar una obra que sirviera de cierre solemne a la procesión del Jueves Santo por la noche. El mismo Don Jerónimo se ocupó personalmente de elegir una pieza musical que encajase con los deseos de la Hermandad. El resultado de la búsqueda fue una obra del Padre Paúl, don José María Alcácer, un Miserere basado en el salmo 50. De esta forma, el 2 de abril de 1953, un grupo de 16 cantores interpretó el Miserere por primera vez. Hoy, 71 años después, todos sabemos lo que el Miserere representa en la Semana Santa zamorana.

Después de unos años en que el Miserere fue interpretado por coros foráneos, en 1978 se opta por la constitución de un coro estable que se reúna todos los años para ensayar y cantar el salmo 50 la noche del Jueves Santo.

De ese coro masculino nacido en 1978 para el Miserere, nace en 1980 el CORO SACRO ZAMORA, con la incorporación de voces femeninas.

D. Jerónimo obtuvo en 1999 la máxima distinción que un zamorano amante de la Semana Santa puede anhelar, el Barandales de Honor, en reconocimiento a su labor durante tantos años al frente del Miserere del Yacente. Y por igual motivo, el 14 de marzo de 2.003 fue nombrado director Emérito del Coro del Yacente, al celebrarse el cincuentenario del primer canto en la noche del Jueves Santo.

El papel jugado por este sacerdote en Zamora no sólo se centra en lo musical, sino también en lo social y humano, sin olvidar lo pedagógico y educativo, incentivando valores como la disciplina, la constancia, la superación, la unidad, la convivencia y el compromiso en todos los cantores que engrosaron las filas de los coros que dirigió.

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