VÍDEO | El Nazareno y la Esperanza avanzan por el camino de la Cruz

3 Comentarios

Cofradía del Vía Crucis 2023 (8)
Cofradía del Vía Crucis 2023 (8)

Más que puntual, incluso con antelación, abandonaba la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía la Catedral unos minutos antes de las ocho y cuarto. A la hora, como un reloj, el Barandales hacía sonar sus esquilas y se ponía en marcha la procesión que viste cada Martes Santo a Zamora de estameña blanca y morada. Es la Zamora Nazarena que devuelve al Jesús de San Frontis a su barrio, que arropa a la Esperanza y la pone a resguardo de la clausura. Es la Zamora que asiste a la despedida de Madre e Hijo en la Plaza de Belén, al otro lado del puente, entre elegantes reverencias que son el abrazo último, el último beso, ya con la noche encima, antes de rezar un Vía Crucis junto al Duero. 

Tarde de recuperar estampas antiguas, como los caballos abriendo la procesión, ajenos a las absurdas prohibiciones que pretenden unas leyes más absurdas todavía; tarde de los "tamboritos", la banda de pequeños tambores que cierra el desfile, sementera, escuela de Semana Santa y de vida. Ilusión, ternura. Qué bonito cierre, asomándose al mañana.

El Nazareno con la Cruz a cuestas y un jardín de flores malvas, rosas y fucsias a sus pie. Ella, sembrando de estrellas el camino con su manto verde, siempre Esperanza, siempre Madre. Despacito, tan elegante.

Zamora los esperaba. Doy fe. Eran las seis de la tarde y Víctor, un joven zamorano, ya estaba apostado frente a la iglesia de La Magdalena, a pleno sol, paciente, sin prisa. La espera -decía- le compensaba lograr la foto del Jesús o de la Virgen ante la piedra dorada de la imponente fachada románica, una de las joyas del patrimonio zamorano. En Zamora, las calles son escenarios hechos a medida de las procesiones, o más bien las procesiones se diseñan a medida de las calles. 

Por la Rúa, por la cuesta de Alfonso XII, por la coqueta Plaza de Santa Lucía, la Banda de Música de Zamora y la Banda del Maestro Nacor Blanco desgranaban las marchas fúnebres que todo lo inundan en estos días, que evocan recuerdos y emociones, que marcan el ir y venir, el suave mecer de los pasos a hombros de sus cargadores. 

Después, junto al río, por el agua, al otro lado del puente, ya todo era adiós. El Nazareno seguía su camino, la senda de la Cruz. La Esperanza entraba en clausura, se abandonaba a los brazos, el silencio de las Dueñas. Este Jueves regresará a la ciudad para ser Madre doliente que en su nombre, Esperanza, proclama su fe en la resurrección. No hay vida sin Esperanza.

Cofradía del Vía Crucis 2023

 

Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios

Lo más leído