VÍDEO | El Nazareno de San Frontis abre las puertas de la esperanza

Desde la otra orilla del Duero, la suya, la del Mozo, y con sus vecinos, los que le han esperado rezándole en la iglesia, San Frontis entró en la ciudad medieval donde el hijo se encontró con la madre

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 El Nazareno de San Frontis abre las puertas de la esperanza
El Nazareno de San Frontis abre las puertas de la esperanza

Se abrieron las puertas de San Frontis y Zamora volvió a latir al compás de marchas fúnebres. Asomaba la cara del Nazareno de San Frontis unos instantes más tarde de las 20.30 horas pero que son unos minutos cuando se han esperado tres años.

Hay ruido en la calle, ese soniquete cuando va a llegar la procesión. Carreras de los niños hasta la esquina para volver al sitio que llevan minutos guardando. La emoción embargada se ve en unos y en otros, los que acompañan al Mozo y los que lo ven desde la acera. Aguarda Nacor Blanco con esos nervios del estreno y las fuerzas llenas que se irán agotando por el esfuerzo descomunal de la Pasión. El Nazareno se baila casi sin moverse para que pase por las puertas. Suena la Marcha Real. Esta va por Rafael Alonso, que nos dejó hace unos meses.

Tan lejos y tan cerca queda aquel 2019 cuando Francisco Juan Ufano, "Peresque" se despedía de su Nazareno con un último Traslado. Treinta años guiando al mozo hacia la ciudad amurallada. El primer traslado sin Peresque al frente del paso. Los vecinos de San Frontis cargan con el peso de este paso del barrio que, durante unos días, dejaran en manos de su madre Esperanza en la Catedral.

Redoblan los tambores y Álvaro Lozano le cede la batuta al gran maestro Cerveró. Suena el Nazareno de San Frontis en honor al eterno maestro que falleció en 2020, autor de Nazareno de San Frontis y Esperanza de Zamora, director de la Banda del Consorcio de Fomento Musical y maestro de muchos de los miembros que forman ahora la Banda Nacor Blanco.

Lucía el Nazareno, restaurado este año por la Cofradía del Vía Crucis, con los últimos rayos de sol del Jueves de Pasión. Zamora entre dos luces y el rumor del padre Duero despidiéndose de sus hijos del barrio y acariciando a sus fieles de la ciudad.

Nazareno de Jueves de Pasión que abraza a todos los zamoranos mientras entra en la ciudad amurallada, que hace de todos el sufrimiento ascendiendo a su particular Getsemaní, ese que hay más allá de San Ildefonso, encima de la Cuesta de Pizarro.

Avisan las esquilas del Barandales de que Zamora ya está inmersa en la Semana Santa. Avisan a la ciudad amurallada, al casco antiguo, que ya llegan los forasteros, que ya vienen los hijos de la provincia a sus casas, que ya han salido de los baúles las túnicas, pañuelos y hachones. Bendito sonido de marchas fúnebres porqué Zamora es una ciudad que celebra la vida mientras pregona la muerte.

Ya espera la madre Esperanza para aliviar el peso de la cruz de su hijo, ya anochece en Zamora, ya huele a garrapiñadas, aceitadas y potaje de vigilia. Ya llegan los vecinos de San Frontis a la Catedral. Suena la Marcha Real. El Nazareno ya está en la Seo con su madre y Zamora ya está en Semana Santa.

Traslado del Nazareno desde San Frontis

 

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