VÍDEO | La Reina Sofía se rinde ante las Edades del Hombre en Zamora: el Cristo de las Injurias, uno de los "más bellos" que ha visto
Curiosa y cercana, se interesó por cada detalle de las obras, desde los Grecos y el Velázquez hasta el Cristo de las Injurias, al que calificó como “uno de los más bellos que había visto”.
Bajo un cielo gris y una lluvia fina, decenas de zamoranos aguardaban pacientemente a las puertas de San Cipriano. Entre paraguas y murmullos, un murmullo se convirtió en aplauso cuando la Reina Sofía apareció. “¡Viva la Reina!”, se escuchó entre la gente, mientras la soberana iniciaba su recorrido por ‘la muestra de Las Edades del Hombre que este año se celebra en Zamora.
La Reina llegó puntual, acompañada por el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, y fue recibida por el comisario científico de la exposición, Sergio Pérez, quien más tarde se mostró visiblemente satisfecho con la visita. “Ha preguntado muchísimo —contó Pérez—. Que de dónde venía esta obra, de qué época era, quién era el pintor... Se ha interesado por todo”.
Entre las piezas que más llamaron su atención, Pérez destacó los dos Grecos, el Picasso, las cuatro pechinas de Goya y, cómo no, el Velázquez, sobre el que “preguntó todo lo que se podía preguntar”.
Pero hubo una obra que la conmovió especialmente: el Cristo de las Injurias, una joya del patrimonio zamorano. “Le ha encantado, decía que le parecía uno de los Cristos más bellos que había visto”, relató el comisario con una sonrisa.
En el recorrido también se detuvo ante el Cristo de Venancio Blanco, una pieza que la “maravilló”, según Pérez. Allí coincidió con el hijo del escultor, con quien charló animadamente sobre la monumentalidad de la obra. “Le preguntó cómo se había hecho, cómo podía ser tan grande...”, recordó.
Cercana, amable y curiosa, así la describieron todos los que compartieron con ella la mañana. La Reina no solo conversó con los responsables de la exposición, sino que saludó a artistas zamoranos como Antonio Pedrero, Satur Bizán, L. Pozas o David Rivas, responsable de la música de la muestra. “Ha saludado a todos, absolutamente a todos, desde el personal de la Fundación hasta los técnicos que estarán aquí hasta abril”, explicó Pérez.
En el libro de firmas dejó tres líneas escritas “con calma y reflexión”, aunque el comisario confesó que aún no había podido leer su mensaje. La única queja que expresó la Reina, entre sonrisas, fue por “la poca luz en algunos rincones”, aunque enseguida prosiguió interesándose por los santos y mártires representados en las piezas.
Ni la lluvia ni el tiempo tasado impidieron que la Reina disfrutara del arte zamorano. “Ha sido una visita muy agradable, ella lo ha puesto todo muy fácil”, reconoció Pérez. “Al principio tenía algo de miedo, pero lo ha hecho sencillo, se ha mostrado muy interesada en todo”.
Tras la visita, la Reina Sofía partió hacia la estación para tomar el AVE, dejando en Zamora una estela de simpatía y admiración mutua. Los aplausos aún resonaban cuando el séquito abandonaba la Catedral.
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