La cofradía ha decidido adelantar la instalación de la Virgen en su mesa al estar ya vestida con la ropa procesional del Viernes Santo, de terciopelo y oro. La imagen ha lucido esta imagen para presidir el Quinario, la imposición de medallas a los nuevos hermanos y el acto de la Tuna Universitaria.
Es por ello que se ha considerado innecesario volver a ponerle el luto sencillo ante la cercanía de la Semana Santa. Una situación que obligaría a cambiar sus ropas de nuevo en apenas dos semanas y ante la imposibilidad de entronizarla en su capilla con este manto de terciopelo, más ancho y largo que el de culto.
La mesa ya está revestida con las faldillas adamascadas procesionales moradas, tal y como saldrá a la calle en la madrugada del próximo Viernes Santo.
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