Rancheras, coplas e incluso un poco de comedia. La zamorana Soledad Luna volvía a su ciudad de nacimiento para recordarles a los vecinos cómo suena su voz. Después de pasar por ciudades como Madrid o Sevilla, continúa permitiendo a Zamora disfrutar de sus canciones o su buen humor.
Los espectadores podían conmoverse con sus coplas, o entristecerse con sus rancheras de desamor. La artista se encargaba en los interludios de sus actuaciones de levantar el ánimo de los presentes con su buen humor. Chistes o chascarrillos improvisados eran algunos de los recursos que utilizaba Soledad Luna para que sus paisanos pudieran echarse unas risas.
La cantante ya había actuado en la plaza de la Catedral en las fiestas de San Pedro del año pasado, y este año quiso repetir una experiencia que, a juzgar por la entrada de este sábado, también ha sido apoyada por todos los zamoranos presentes.
Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios