Zamoranos en Lourdes: una peregrinación de fe, esperanza y servicio en el Año Jubilar
En un contexto marcado por el Año Jubilar, los participantes vivieron una intensa experiencia espiritual guiada por la oración, la comunidad y la esperanza.
Como cada año, la Hospitalidad de Lourdes de Zamora ha organizado su peregrinación diocesana al Santuario de la Virgen de Lourdes, en una semana cargada de emoción, recogimiento y fe compartida. En esta edición, marcada por el Año Jubilar, hospitalarios, sacerdotes, seminaristas y numerosos fieles de la diócesis se sumaron a una experiencia espiritual profunda.
Bajo la guía del consiliario de la Hospitalidad y acompañados por varios sacerdotes y un seminarista, los peregrinos participaron activamente en la programación litúrgica del santuario. Desde la misa de acogida con la imposición de medallas hasta la Misa Internacional, los actos estuvieron impregnados de comunión, respeto y entrega.
Los tradicionales ritos de Lourdes no faltaron: el gesto del agua, la luz, el apoyo simbólico en la roca —imagen del refugio en Dios— y el rosario diario. Uno de los momentos más conmovedores fue la procesión mariana de las antorchas, en la que los peregrinos, con banderas y estandartes, manifestaron públicamente su fe con humildad y alegría.
La peregrinación también ofreció momentos de silencio, reconciliación y adoración. En la Capilla de la Adoración y en el punto de escucha habilitado para el Jubileo, muchos fieles encontraron espacio para la oración personal. La experiencia se enriqueció con el Vía Crucis, la procesión eucarística hacia la Basílica de San Pío X, y la participación en celebraciones compartidas con otras Hospitalidades.
Uno de los aspectos más significativos fue la cercanía con los enfermos. Los carritos, convertidos en altares móviles, se transformaron en signos vivos del amor de Dios hecho presencia en la fragilidad. La entrega de los voluntarios y la alegría compartida con los enfermos dieron forma a una peregrinación marcada por la compasión, el servicio y la ternura evangélica.
El grupo también recorrió los pasos de Santa Bernardita, profundizando en su historia y en los mensajes recibidos de la Virgen. Además, visitaron la parroquia de Santa María de Tolosa, donde celebraron una jornada de oración, y realizaron una parada especial en Saint-Jean-Pied-de-Port, punto de inicio del Camino de Santiago francés.
La conexión con la creación estuvo presente en las excursiones a los parajes naturales de los Pirineos, uniendo naturaleza y espiritualidad. Los paseos junto al río Gave y las oraciones bajo la mirada de la basílica completaron un viaje donde se vivió intensamente el mensaje de Lourdes: paz, acogida, misericordia y esperanza.
En palabras compartidas por la organización, esta peregrinación ha sido "un regalo del cielo", y una renovada llamada a vivir el Evangelio con alegría, servicio y comunión, especialmente en este tiempo jubilar.
También te puede interesar
Lo último