La patada de rabia de Leo Maciel contra la pared del Pabellón de Los Sueños tras detener el último balón del partido es el gesto de un hombre que, sin tener su mejor día, volvió a rescatar una victoria para el MMT Seguros en el último segundo. Y no es la primera vez. El guardameta argentino frenó con el cuerpo el lanzamiento de Héctor González y dio rienda suelta a una frustración que era la de todo el equipo. Los hombres de García Valiente fueron mejores que su rival, pero una vez más tuvieron que apretar hasta la última acción, condenados como parecen a sufrir... y a ganar.

No obstante, en esta ocasión, el padecimiento vino en parte por una diferencia en el criterio arbitral que perjudicó a los visitantes y dio alas a Alcobendas cuando el partido estaba en un punto muy favorable a los intereses pistacho. Contra eso y contra un rival entregado tuvo que bregar el MMT Seguros en un escenario de mal recuerdo que, finalmente, dejó de ser maldito para un grupo que se empeña un tumbar barreras. Ya son 34 puntos en el campeonato, sólo dos menos que los que logró en toda la temporada del ascenso a Asobal.

En el arranque del encuentro, los zamoranos demostraron que su renovada fluidez a la hora de hacer circular el balón se va asentando cada vez más. Sin brillar atrás, el MMT Seguros supo desarbolar a un rival al que respetaba por su bloque defensivo y ya a partir del minuto veinte comenzó a mandar con autoridad en el marcador (11-14) a pesar de las lesiones de Carletes e Iñaki, que apenas pudieron participar por problemas musculares.

Cuando ese buen desempeño ofensivo se vio complementado con un ajuste atrás y con la defensa profunda de Guille sobre el lanzamiento exterior de Héctor González, la situación pareció controlada para los hombres de García Valiente, que espoleados por una afición incansable, tuvieron varias bolas para marcharse de cinco y que pusieron en serios aprietos a un Balonmano Alcobendas muy castigado por el acierto de Reyes.

En este alambre en el que se hallaba el encuentro, un par de acciones dudosas y la fe de los madrileños devolvieron el equilibrio al marcador. El MMT Seguros siguió dominando los tiempos, pero el reloj avanzaba sin que esa aparente superioridad se viese reflejada más allá de ínfimas ventajas de un par de goles. Los locales siguieron apretando, llegaron a empatar y sólo Octavio, con su oportunismo habitual, pudo frenar el ímpetu de un contrincante impoluto en casa desde el mes de noviembre.

Ya en el último minuto, con balón para ponerse dos arriba, los pistacho no acertaron con la portería rival y se encomendaron un día más a su defensa para salvar un triunfo por el que habían remado durante los 59 minutos anteriores. Con Leo Maciel bajo palos, que había sido sustituido durante unos minutos por un buen Javier Grande, el MMT Seguros defendió con intensidad e impidió un lanzamiento librado de Alcobendas, a pesar de jugar con uno menos los últimos segundos por la exclusión de Marc Abalós. A la desesperada, los madrileños probaron fortuna, pero se toparon con Maciel, que agarró un balón que vale oro en una Plata cada vez más emocionante.

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