Da igual el horario, la afición del Balonmano Zamora parece tener la misma energía que el primer día. En el inicio del choque, en el que el Balonmano Zamora sufría, la hinchada era la encargada de ayudar en la defensa con su ruido, y de animar en el ataque.
El equipo se iba al descanso empate, algo que no desanimó a las gradas del Ángel Nieto. En la segunda parte, los gritos y pitidos sobre el ataque del equipo rival y el reconocimiento a los de Leo Álvarez continuaban poniéndole la pasión que parecían necesitar los jugadores. A esto se unía en los minutos clave la presión sobre el colegiado, que desempeñaban su trabajo en los ataques de Agustinos Alicante bajo la banda sonora de “pasivo”.
La parte negativa, al igual que sobre el parquet, fue la tangana en la que fue expulsado el jugador del conjunto visitante, Villar. Los aficionados no dudaron en mostrar su decepción ante esta acción con silbidos y abucheos al jugador alicantino.
El MMT Seguros también quiso responder a su hinchada, agradeciéndole su apoyo con un aplauso al final de los sesenta minutos, que acabaría siendo replicado por la misma grada. Sería la materialización del ambiente del choque, una conexión inseparable.
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