El Ruta de la Plata volvió a ser testigo de un triunfo del Zamora, el séptimo consecutivo para los de Balta, que han convertido su estadio en un bastión irreductible. Los principales beneficiados de esa circunstancia son los propios seguidores, que cada día disfrutan más con las actuaciones de su equipo.
En esta ocasión, unas mil personas acudieron al templo rojiblanco para desafiar al frío y apoyar a los suyos a falta de dos días para la celebración de la trascendental asamblea en la que se debatirá sobre el estado económico del club. Las mantas, los gorros, los guantes y los alimentos y bebidas que más colaboran con el aumento del calor corporal llenaron todo el graderío, sobre todo a medida que la noche fue cayendo sobre la capital.
De igual modo, fueron cayendo los goles a favor de un Zamora que volvió a recibir el beneplácito de un público entregado. Orgullosos de sus jugadores, los aficionados ovacionaron cada acción y despidieron a los suyos en pie tras una nueva demostración de que, en el plano deportivo, todo es una balsa de aceite.
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