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Los aficionados rojiblancos se vuelcan con un Zamora que no perdió la mirada al rival

La vuelta del fútbol a la ciudad dejó la imagen de unos seguidores apoyando en todo momento a los suyos y agradeciendo todas sus acciones. Acompañamiento que creció con la tarjeta roja a Piña en el minuto 35 y los esfuerzos de los otros diez futbolistas por seguir manteniendo el bloque a pesar de estar en inferioridad. 

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El Ruta de la Plata volvía a recibir a su equipo en unatarde de domingo de fútbol. Con el Pontevedra como rival, uno de los cocos delaño en el grupo 1A de la categoría, los aficionados zamoranos se dirigieron enmasa (en la medida de lo permitido por el COVID-19) al estadio rojiblanco.

Divididos en Tribuna, Preferencia, Fondo Norte y Fondo Surpara mantener todas las normativas establecidas, las palmas y ánimos de losseguidores no se echaron en falta. Los cerca de mil seguidores alentaron a los suyosen todo momento, aunque en el minuto tres se toparon con un susto que el linierse encargó de hacer olvidar rápidamente.

Charles, uno de los nombres propios del rival por estar enel Eibar la pasada campaña, condujo el balón por la derecha, filtrando un paseal borde del área que su compañero centró al segundo palo para que Zabaletarematase con el pecho y firmase el 0-1. Acción que terminó en fuera de juegopara alivio de las gradas.

A partir de ese momento y después de ir restando dominio alos gallegos, el Zamora fue mandando más en el terreno de juego y se acercó alas inmediaciones de Mario. Eso sí, a pesar de no tener la posesión de balóncomo en otras tardes, los aficionados aplaudieron cada salida de la presiónrival, las combinaciones y las acciones defensivas en cada zona del campo.

El partido se puso cuesta arriba en el minuto 35, cuando elcolegiado expulsó a Iñigo Piña y el Zamora se quedó con diez. El central vio dosamarillas, la segunda por tocar el balón con la mano y obligó a Movilla acolocar a Carlos Ramos en el eje de la zaga durante unos minutos. A pesar detodo, los jugadores no lamentaron ser uno menos esos diez minutos y aguantaronla presión del Pontevedra, llegando a generar incluso peligro en algunasocasiones, teniendo la mejor como protagonista al capitán Dani Hernández, quiencolgó un balón al segundo palo desde la banda izquierda que estuvo a punto derematar Vallejo y puso en peligro a Mario. Minutos que la afición agradeció conaplausos cuando el equipo se marchó al vestuario.

La afición volvió a aplaudir a los futbolistas al saltar denuevo al verde, mostrando sus ganas de fútbol y teniendo ante sí a un CarlosRamos que se mantenía como central junto a Crespo para sorpresa de todo elmundo. Y es que a pesar de haber jugado diez minutos a gran nivel en su posición,la salida de Rocha a calentar en la banda antes del descanso presagiaba uncambio que finalmente no se dio.

La inferioridad siguió sin notarse, volviendo a aparecer losaplausos en las acciones de Jonvi, los robos de balón y los movimientos rápidosde balón para salir de la presión. Sin embargo, los aplausos se convirtieron envítores a Sergio García en un disparo desde el medio campo que hizo que laafición se levantase de sus asientos para contemplar un balón que Mario tuvoque mandar a córner en el último segundo. Disparo de un delantero que volvió aprobar al guardameta rival con un tiro desde fuera del área que blocó Mario conuna buena estirada.

Los ataques cambiaron de bando rápidamente, encendiendo alos asistentes en el Ruta contra el arbitraje que entendieron que se daba encontra de su equipo. El colegiado no señaló diversas acciones que terminaronfavoreciendo a los celestes cuando, desde la grada, se entendía que tenía queser al revés.

Con poco más de veinte minutos por delante, Movilla dioentrada a Adri Herrera en detrimento de Escudero. Un cambio de carácterofensivo que mostraba la intención del vasco de buscar los tres puntos a pesarde llevar más de veinte minutos con diez. Mientras, los nervios volvieron a lagrada en la jugada posterior, cuando los pontevedreses remataron casi desde elárea pequeña y el gol lo salvó un Jon Villanueva que mandó el esférico allarguero para que posteriormente la defensa lo mandase lejos.

Crespo encendió las alarmas en una ocasión que terminó engol anulado de Rufo. Un gol que dejó dudas para ambas partes, reclamando unosfalta al central y otros que se diese el gol por válido. Pese a todo, el Zamoraterminó el partido con un 0-0 que supo a gloria a los aficionados, más aún porla incombustible labor de los locales al estar más de una hora en inferioridady no perder el pulso a un Pontevedra que únicamente fue superior en algunos tramosdel choque.

Comentarios
Cosillas a mejorar Hace 3 años (09/11/2020 09:33)
Sería un detalle que se limpien los asientos señalizados (solo hay que limpiar 1000, no todo el estadio. Sería otro detalle dar más celeridad a la entrada de aficionados al campo (a lo mejor es necesario más personal). Sería otro detalle abrir la puerta de vehículos de frente al cementerio para evitar colapsos innecesarios. <br/>91
Anónimo Hace 3 años (09/11/2020 13:29)
Los asientos estaban limpios. El mío estaba limpio e incluso una muchacha estaba limpiando los que no estaban limpios. <br/>23
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