¿Cómo recuerdas la prueba del viernes?
La verdad es que no estuve cómodo en ningún momento. Desde los primeros porteos ya me encontraba desubicado. Tras los primeros pasos por tierra ya me empezaba a descolgar del grupo cabecero, pero aun así a base de fuerza conseguía volver a enganchar con ellos. Pero esa constante lucha de estar vuelta tras vuelta intentando llegar al grupo de favoritos me pasó factura.
¿Ya veías que iba a estar complicado luchar por las medallas?
Sí, cuando ves que tienes que hacer mucho gasto para unirte al grupo de favoritos ya piensas que es muy complicado que tengas más fuerzas que ellos para disputar las medallas. Casi siempre estuve con ellos pero a la hora de la verdad ya no me quedaban fuerzas.
¿Esperabas menos nivel en la prueba?
La verdad es que el nivel de la carrera me descolocó bastante. No esperaba el nivel que ofreció el palista húngaro, porque había sido cuarto en el Europeo y era un palista al que yo siempre había ganado. Me sorprendió su nivel. En cambio, había palistas que yo los tenía como favoritos o como ola a seguir y resulta que no fueron todo lo competitivos que esperábamos. Fue un día en el que muchos papeles cambiaron.
¿Te deja mal sabor de boca este resultado?
Es evidente. Llegaba en el mejor momento de forma de la temporada pero no estuve bien en el justo momento en el que debería de haberlo estado. Por eso me queda mal sabor de boca de una temporada que empezó bien con buenos resultados en España y la plata en el Europeo, pero que ha terminado peor de lo esperado.
¿Este resultado le quita ganas de seguir adelante?
Ni mucho menos, el año que viene seguiré siendo sub 23, con un año más de experiencia y todos esos problemas que puede ponerte el deporte por delante te ayudan a seguir creciendo como deportista. Tengo unas ganas enormes, después de las tres semanas de descanso que nos cogemos ahora, de afrontar un nuevo año y un nuevo reto.
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